ZAMORA
Viajamos hasta Zamora para conocer qué esconde la Iglesia de San Juan de Puerta Nueva. ¡No te dejará indiferente!
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Castilla y León, concretamente hasta la ciudad de Zamora. Allí encontramos un gran número de construcciones, monumentos y rincones de ensueño que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos en la Iglesia de San Juan Bautista.
Conocida también como Iglesia de San Juan de Puerta Nueva, se trata de un templo románico ubicado en un lugar muy céntrico puesto que está en un lateral de la Plaza Mayor de Zamora. La denominación de San Juan es por San Juan Bautista, mientras que la Puerta Nueva era la portada de la muralla que pasaba cerca de la plaza.
Este templo se edificó en la segunda mitad del siglo XII junto a la puerta más oriental del primitivo recinto amurallado. Ésta se abrió en el año 1171 con el objetivo de comunicar esa muralla original con nada más y nada menos que el arrabal. Precisamente esa cercanía a la “Puerta Nueva” o “Porta Nova” fue la causante de que recibiera esa nueva denominación, la de San Juan de Puerta Nueva. Dada su importancia histórica y cultural, en 1961 fue aprobada como Monumento Histórico.
Entre los numerosos datos a tener en cuenta, hay uno que destaca sobre los demás y es que, durante los siglos XVII y XVIII, se celebró la festividad de las Cuarenta Horas durante las carnestolendas. Se trata de una de las celebraciones más populares de la ciudad y tenía como peculiaridad que duraba hasta tres días.
Uno de los detalles más curiosos de la Iglesia de San Juan de Puerta Nueva son sus marcas de cantero. Se han llegado a identificar hasta 17 signos de 10 tipos diferentes. Eso sí, todos ellos tienen un diseño sencillo pero, a la vez, muy especial. ¡Es una auténtica seña de identidad, en todos los sentidos!
En el exterior de esta Iglesia encontramos una estatua moderna que data del año 1996, y está dedicada a nada más y nada menos que al Merlu, siendo obra de Antonio Pedrero Yéboles, reconocido escultor zamorano.
Este templo cuenta con una torre de lo más moderna que, hasta el año 1898, estuvo rematada por la efigie de un guerrero con armadura medieval que cumplía las funciones de veleta. Popularmente era conocido como Peromato. Se convirtió en uno de los grandes símbolos de Zamora, como puede llegar a ser El Giraldillo en Sevilla.
En 1987, se optó por emplazar una réplica del Peromato para preservar el original, que se encuentra en el Museo Provincial de Zamora. Hasta tal punto es importante este elemento en la historia de la ciudad que existe una expresión que versa lo siguiente: ¡Ya está vuelto el Peromato!, con la que se indica que alguien ha decidido echarse para atrás o ha cambiado de parecer. ¡Muy curioso!