SENDERISMO
El verano es ideal para pasear las frondosas fragas gallegas, a continuación te recomendamos algunas.
Cuando el calor aprieta, como suele ocurrir en pleno ecuador veraniego, solemos pensar en mar y playas, también en ríos, lagos, lagunas, piscinas… en todas las formas posibles de refrescarnos; entre otros lugares perfectos para huir del tórrido calor veraniego no solo están los lugares del mundo en los que las temperaturas no suben con tanto descaro como en España sino que, sin salir de nuestro país, hay lugares casi mágicos en los que los días de verano son puro placer, lugares como las fragas gallegas.
Las fragas gallegas son bosques atlánticos realmente espectaculares y no son pocos los que podemos recorrer en Galicia si somos amantes del senderismo a la fresca; a la fraga de Cecebre o a las Fragas del Eume les precede su fama, también a otros bosques atlánticos como Souto de Rozabales, donde está el castaño más viejo de Europa, o el Bidueiral de Montederramos que es uno de los bosques de abedul mejor conservados de España pero en Galicia, tan verde ella, hay más y algunos con menos fama de la que merecen como los dos que te recomendamos a continuación:
La Ruta de la Fraga de San Xoán de Río pasa por ser una de las más bonitas de Galicia; es un bosque de castaños que en otoño resulta casi mágico y en verano es un refugio ideal; para recorrer esta ruta podrás llegar en coche hasta San Xoán de Río, en Orense y comenzar tu paseo desde la fuente de piedra que fue en su día lavadero: casas viejas, árboles centenarios, castaños imponentes, miradores, merenderos… Es una ruta fácil de poco más de 8 kilómetros, perfectamente señalizada y circular así que resulta la mar de cómoda. Si quieres reducir un poco la ruta puedes empezar tu caminata en Mouruás, será igualmente una ruta circular pero de unos 6 kilómetros en lugar de los 8 largos que recorrerás si empiezas en San Xoán de Río.
¿Historias y leyendas asociadas a esta ruta? Hay algunas: cuenta la leyenda que aquí combatieron moros y cristianos y que el mismísimo Apóstol Santiago, a caballo, participó en ellas; otra leyenda curiosa tiene que ver con una espada de finales de la Edad de Bronce aparecida aquí, hay quien la relaciona con la leyenda de Excalibur.
Las rutas que recorren esta fraga también están señalizadas y, dado que las más populares discurren junto al curso del río, es prácticamente imposible perderse; para comenzar tu caminata debes dirigirte a Chelo, en el ayuntamiento de Coirós y cerca de Betanzos; se trata de una ruta circular que empieza y termina en Chelo y recorre ambas orillas del río porque nos hace cruzarlo junto a la mini central del Zarzo (vamos por una ribera, volvemos por la otra). Es una ruta fácil a pesar de su relieve un tanto incómodo, de poco más de 6 kilómetros pero puedes incluso recortarla si en lugar de cruzar el río en Zarzo lo haces antes, utilizando alguna pasarela habilitada a tal efecto.