ARQUITECTURA
Es importante conocer la historia de la Iglesia del Monasterio de San Benito el Real, una de las construcciones más peculiares y sorprendentes que podemos encontrar en Castilla y León.
Es el momento de conocer la sorprendente historia que hay detrás de la iglesia de San Benito el Real, considerada como uno de los templos religiosos con más historia y más antiguos de Valladolid. Lo cierto es que estamos ante una edificación que, desde luego, no deja absolutamente indiferente a nadie.
Es importante tener en cuenta que se construyó sobre los restos del Alcázar Real. Destaca por tener un estilo gótico, aunque la fachada es posterior. Y es que fue diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón, allá por el año 1569. Como curiosidad, la torre tenía mucha más altura ya que había otros dos cuerpos para el campanario. Éstos fueron derribados, por amenaza de ruina, en el siglo XIX.
La Iglesia del Monasterio de San Benito el Real, a través de su historia
Para conocer su origen, debemos viajar a los años comprendidos entre 1499 y 1515. En ese periodo de tiempo, Juan de Arandia y García de Olave se encargaron de su construcción. Una de las cuestiones que más llama la atención es que está totalmente edificada de un material en concreto: piedra.
Está perfectamente organizada en tres naves y, como peculiaridad, no existe crucero alguno. Es importante tener en cuenta que las naves que se encuentran a los lados destacan porque la diferencia de altura con la nave central es bastante mínima.
Se trata de una tipología de iglesia muy peculiar, que solía llevarse a cabo en el siglo XVI. En cuanto al interior de esta edificación, destaca por su iluminación a través de enormes huecos en diversas zonas de las naves laterales. Bien es cierto que algunos huecos que hay en la nave central fueron tapados debido a la elevación de los tejados que se llevó a cabo en 1580.
En cuanto al exterior de la iglesia del Monasterio de San Benito el Real, destaca por sus imponentes muros de piedra extraídas de canteras cercanas a la ciudad de Valladolid. Los contrafuertes están presentes en esas fachadas laterales, que contrarrestan a la perfección esas bóvedas de crucería que hay también en su interior.
Es importante tener en cuenta que, en la época en la que esta Iglesia del Monasterio de San Benito el Real se construyó, la orden benedictina tenía un enorme poder. Tanto es así que este lugar se convirtió en la casa principal en Castilla de la Orden Benedictina. Con el paso del tiempo, y tras la desamortización de Mendizábal, no solamente se le despojó de las obras de arte sino que se convirtió en un cuartel.
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