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Enoturismo en otoño

¿Por qué el enoturismo va a ser tu plan ideal del otoño?

El enoturismo es aquel en el que el vino juega un papel fundamental. Es una inmersión en la cultura, la arquitectura y el paisaje vinícola. Es un plan ideal para cuando el calor deja de apretar, pero sigue haciendo buen tiempo.

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Aunque podemos hacer enoturismo los 365 días del año, otoño es el mejor momento porque la vendimia está acabando o incluso concluido. Hay que tener en cuenta que se desarrolla desde mediados de agosto, hasta bien entrado el mes de octubre. Es un oportunidad fantástica, no solo para catar vinos increíbles, sino también para aprender el proceso de elaboración de esta bebida desde el principio.

Interior Bodega. Jerez | Imagen de Anual en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

Muchas veces, valoramos más las cosas cuando sabemos todo lo que conlleva producirlas. Seguro que una copa de vino te sabe mejor después de haber visitado la bodega, y haber visto como recolectan la uva para hacer el caldo del año siguiente.

Visitar bodegas, es algo que podemos hacer fácilmente un fin de semana, por lo que puede ser una escapada ideal para hacer con las amigas y amigos, o en pareja. Seguro que este pequeño viaje nos ayuda a hacer más llevadera la depresión postvacacional.

Por otro lado, la industria vinícola no para de innovarse y adaptarse a los nuevos tiempos, tanto es así que hasta las bodegas incluyen hoteles. Algunas de ellas son de diseño, como la de Marqués de Riscal, cuyo arquitecto fue Frank Gehry, el mismo que firmó el edificio del Museo Guggenheim de Bilbao. Imagina cómo debe de ser dormir en una auténtica obra de arte.

Bodega Marqués de Riscal | Imagen de Jhon S. en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 2.0

Pero no todo es pasear entre viñedos y dormir en edificios de diseño; bien sabido es que el enoturismo está estrechamente ligado a la gastronomía. Y qué mejor que degustar los platos típicos de una región y acompañarlo con el vino local. Descubrir lugares de nuestro país a través del paladar es una de las mejores experiencias que podemos tener. De hecho, no se conoce verdaderamente un sitio hasta que no haces una inmersión gastronómica en ella. La comida tradicional de un lugar nos permite saber mucho de su gente y de sus costumbres. Hay que viajar con los cinco sentidos.

Bodega Ysios | Imagen de Guilles Messian en Wikipedia, licencia: CC BY 2.0

Así, en nuestra búsqueda de bodegas, vino y comida, nos adentraremos en el mundo rural que tanto nos necesita, ahora más que nunca, y llevar a cabo un turismo más tranquilo, que nos permita escapar del frenético ritmo de la ciudad. Esta escapada vinícola debe estar centrada en disfrutar y descubrir, y en llegar a tiempo para visitar las bodegas, por supuesto.

Es una forma de turismo más responsable, más ecológica, sostenible y respetuosa, no solo con el entorno natural, sino también con los habitantes de los pueblos cercanos.

Estas son razones más que suficientes para que vayas decidiendo qué bodegas visitar e ir reservando.