Un paraíso terrenal
Situada en la costa este de Australia, Fraser Island puede presumir de ser un auténtico paraíso terrenal. Echando un vistazo a los paisajes que nos ofrece y atendiendo a sus impresionantes características, nadie puede negar que lo sea. ¡Descúbrela!
Impresionante. Es uno de los pocos adjetivos que pueden describir las características de Fraser Island, la isla de arena más grande del mundo, situada en plena costa oeste de Australia.
Las dimensiones y todo lo que podemos encontrar en Fraser Island explican por qué durante siglos fue llamada “K'gari” por sus habitantes. “K'gari” puede traducirse como “paraíso”, que es exactamente lo que es. Un paraíso terrenal que durante mucho tiempo se creyó que había sido enviado por los dioses para hacer más fácil la vida de los hombres que la habitaban.
Sus aguas cristalinas, también las de sus lagos, sus bosques tropicales, las dunas de arena gigantes y sus idílicos paisajes convierten a esta isla, de más de 1600 km², en un destino obligatorio para todos los que aman los paisajes (casi) vírgenes y la tranquilidad de aquellos lugares que han sido preservados con la intención de no romper su magia. Fraser Island es Patrimonio de la Humanidad desde 1992.
Pero también es un lugar peligroso y eso es algo que no todo el mundo que la ha descubierto sabe. Sus peculiares características han hecho que su fauna y su flora sean muy diferentes... Y también peligrosas para aquellos que no tomen precauciones.
Sus playas están plagadas de medusas y tiburones. Sus aguas cristalinas invitan a darse un chapuzón pero es prácticamente imposible: lo habitual es sufrir ataques de estos animales. También de las serpientes y las arañas mortales que esconden las profundidades de sus selvas, aparentemente tranquilas. Éstas son el hogar de muchas especies salvajes que pueden complicarnos la vida. Por último, una raza de perros que solo podemos encontrar en Australia: los dingos, muy agresivos.
Muchos pensarán que esta isla que fue bautizada como paradisíaca pierde así su magia pero lo cierto es que esto, en cierto modo, solo consigue aumentarla: Fraser Island sigue siendo el hábitat de una fauna y una flora difícil (en ciertos casos imposible) de encontrar en cualquier otro punto del mundo.