Mijaíl Shishkin, el escritor amenazado que no le teme a Putin: "¿Qué tiene que hacer un escritor, callarse?"

Mijaíl Shishkin ha recibido amenazas constantes desde su exilio en Suiza por ser una voz crítica con Putin. La Sexta ha entrevistado al autor con motivo de la publicación en español de su libro Mi Rusia en el que predijo la invasión de Ucrania.

 |   | 06/06/2024

No todos los días tenemos la oportunidad de sentarnos frente a frente con un exiliado del régimen de Putin. Tuvo que huir con su familia y actualmente reside en Suiza. Lleva décadas investigando las consecuencias del desmembramiento de la antigua Unión Soviética con tal precisión que en 2019 publicó un libro que predecía letra a letra lo que ha sucedido. Acaba de reeditar Mi Rusia, la guerra o la paz (Impedimenta, 2024) y no ha tenido que cambiar ni una coma.

PREGUNTA. Nos ha sorprendido mucho que este libro fuera escrito en 2019 y que haya podido prever todo lo que vendría. Es usted una especie de Nostradamus.

RESPUESTA. Un escritor no es un Nostradamus. Sin embargo a través del conocimiento del pasado y teniendo en cuenta el presente, uno puede, como escritor, trazar la línea hacia el futuro y prever ciertos acontecimientos que pueden ocurrir y es lo que pasó. Este libro lo escribí en alemán para el público occidental directamente, porque yo, durante estos años, he estado leyendo a los expertos en Rusia que llevan años tratando de convencer a los lectores y políticos occidentales de que había que construir puentes con Putin. Y estoy convencido de que estos especialistas son culpables de la catástrofe en la que nos encontramos hoy en día.

"Este libro es un aviso pero, ¿quién hace caso a los escritores?"

Escribí este libro para contar en Occidente lo que es Rusia. Me estoy basando en la historia del país pero también en la historia de mi propia familia. Estoy previendo el futuro en este libro a través del pasado. Es verdad que cuando se ha vuelto a publicar ahora no he tenido que cambiar ni una coma, lo único que he hecho es añadir un prólogo y un epílogo para contextualizar. Este libro es un aviso pero, ¿quién hace caso a los escritores?

P. ¿Cómo es el día a día de alguien que ha tenido que salir fuera de Rusia y que está en el punto de mira de las amenazas de Putin como voz crítica?

R. Es que estamos en guerra, y es una guerra del s. XXI que no solamente se libra en el frente sino que está realmente presente en todo el mundo. Yo por supuesto que recibo amenazas. Hace poco por ejemplo recibí un correo electrónico aparentemente desde una dirección en Alemania pero el correo estaba escrito en ruso y rezaba: 'Shishkin es un traidor, muerte a los traidores'.

¿Cómo tengo que reaccionar? ¿Me tengo que callar? Eso es exactamente lo que querría de mí el régimen. Pero si me callase, ¿cuál sería el sentido de mi vida? Un escritor la única manera que tiene de luchar y de hacer algo es con la palabra, no callándome sino expresando mi opinión a pesar de todo.

P. Voces discordantes como la suya se escuchan desde fuera de Rusia pero ¿qué pasa dentro? A juzgar por lo que pasó con Navalny, ¿están condenados a no poder ser críticos con sus dirigentes? ¿Cómo vive esto la sociedad rusa?

R. Rusia ahora mismo vive en una dictadura, pero es una dictadura actualizada del s. XXI. Cuando yo crecí en la URSS eso era una cárcel con fronteras cerradas y todos éramos esclavos del régimen que no podíamos escapar. Ahora en esta especie de dictadura renovada las fronteras están abiertas y en los últimos 20 años millones y millones de personas han tenido que abandonar el país. Son potenciales ciudadanos críticos que podrían estar protestando dentro ahora mismo.

"Con la muerte de Navalny se ha puesto un punto y aparte en la posibilidad de la protesta pacífica en Rusia"

El Régimen lo que hace es empujar a toda persona descontenta a abandonar el territorio nacional y con ello pueden controlar y ahogar en cierta manera protestas que serían mucho más multitudinarias, eso es lo que está ocurriendo. Un ejemplo es Navalny. En su protesta por principios siempre abogó por la protesta pacífica y con su muerte se ha puesto un punto y aparte en la posibilidad misma, la idea misma de protesta pacífica en Rusia. Recordemos que tanto en Rusia como en Bielorrusia la protesta pacífica ha sido totalmente ahogada y reprimida.

Entonces, ¿cuál es la solución? ¿Podría haber una sublevación armada? La historia rusa muestra que las sublevaciones armadas tampoco ayudan a construir la democracia porque una protesta armada lleva a una guerra civil y eso acaba llevando a una dictadura. Entonces lo que tenemos es una especie de círculo diabólico porque se ha demostrado que la protesta pacífica no conduce a nada, no destruye la dictadura y la protesta militar lleva también a la siguiente dictadura. Entonces la gran pregunta es: ¿Cómo salir de ese círculo vicioso que no lleva de ninguna manera a la democracia?

P. Con todos estos condicionantes, ¿cree que en el corto o medio plazo veremos una democracia en Rusia?

R. En realidad soy optimista. Todos los pueblos tarde o temprano quiero pensar que llegarán a la democracia, aunque mi pueblo parece que no para de dar vueltas sin llegar. Para que se instaure una democracia se tienen que dar unas condiciones que no creo que se puedan dar en un plazo razonable.

"Para que se instaure una democracia se tienen que dar unas condiciones que no veo en un plazo razonable"

Primero, tiene que haber una derrota militar absoluta en esa vergonzosa guerra. Yo esto lo veo muy difícil. Segundo, Rusia tiene que reconocer su culpa y responsabilidad ante los pueblos que ha intentado oprimir. Tiene que ser un proceso similar al que emprendió Alemania tras la II Guerra Mundial, el canciller alemán fue a Varsovia y se puso de rodillas pidiendo perdón. ¿Va a ocurrir esto? Yo, honestamente no me lo imagino, no lo veo factible.

Tercero, tendría que haber un Nuremberg. Es decir, los criminales de guerra tienen que ser enjuiciados y condenados por los crímenes de guerra cometidos. Pero, ¿quién va a hacer eso? En Alemania fue el ejército invasor de los Aliados. En Rusia, ¿los propios criminales de guerra se van a juzgar a sí mismos? No, no lo veo. Y en cuarto lugar, tiene que haber unas elecciones libres. ¿Quién va a organizar unas elecciones con garantías en Rusia? Ahora mismo no se dan las condiciones.

P. Hablemos de Putin, ¿qué percepción tiene de él el ciudadano medio en Rusia? ¿Hasta qué punto la invasión de Ucrania ha podido pasarle factura?

R. Es muy interesante cómo la literatura clásica rusa ha indagado en la figura de líder en los últimos siglos. Quién tiene la culpa de Herzen o Qué se debe hacer de Chernishevski apuntaban a esta cuestión desde sus títulos. Esas preguntas solo preocupaban al público lector, que era minoritario en el s. XIX, y los 150 millones de campesinos no se planteaban esa pregunta sino esta otra: ¿el zar es de verdad o de mentira? Me temo que sigue siendo esta la pregunta principal en el mundo político ruso. Si el zar es verdadero o falso depende de si trae o no una victoria militar.

"Stalin, que mató a millones de rusos, se percibe como un gran líder. Gorbachov, tan querido en Occidente, es despreciado en el país"

Hay un ejemplo clarísimo y es la percepción de Stalin y de Gorbachov. Stalin, que mató a millones de ciudadanos rusos, sigue percibiéndose como un gran líder al que hay que erigir monumentos porque trajo la victoria en la II Guerra Mundial. Gorbachov, sin embargo, tan querido en Occidente, dentro de Rusia se percibe como un perdedor porque perdió primero la guerra afgana y después la Guerra Fría. Es un líder totalmente despreciado en el país.

En cuanto a Putin tuvo su auge y su legitimación como un zar verdadero cuando anexionó Crimea a lo que él llamó "su verdadera patria". En ese momento Rusia estaba eufórica: '¡Crimea es nuestra! ¡Putin es un zar de verdad'. Sin embargo Putin inició la guerra en Ucrania asesorado por unos generales que le habían garantizado que en tres días habrían tomado ya Kiev. Entonces a un zar de verdad le hace muchísima falta una guerra victoriosa, esta vez no fue así y la población empezó a dudar.

En este escenario vivimos incluso la rebelión de Prigozhin. Pudo ser percibido como el nuevo zar que traería la victoria yendo con tanques a ocupar el trono del Kremlin. Recordemos que hubo población en Rostov que salieron a recibir a los tanques con flores y helados para los soldados y que nadie salió a defender a Putin. Eso nos lleva a pensar que Rusia sí que está preparada para un nuevo zar más victorioso que Putin. El problema es que no habría aparecido ese candidato preparado para ocupar el trono.

P. ¿Es previsible que anuncie un relevo en el poder habida cuenta de que se ha presentado como posible sucesor a Dyumin?

R. En Rusia hay una tremenda lucha por el poder. La mejor manera de describirla es con el símil que utilizó Churchill: "una pelea de bulldogs debajo de una alfombra". Es decir, no se ve, no sabes nunca quién ha cortado el cuello a quién. Pero lo que está claro es que Putin está debilitado y ahora mismo se está llevando a cabo un casting para el papel del nuevo zar. En la historia rusa ha habido distintos actores y actrices en este papel de zar con diferentes personalidades pero con el mismo papel. Es una figura equivalente al monarca absoluto. Podría ser el hijo de Pátrushev pero ahora mismo no tiene sentido dar apellidos porque es algo imprevisible.

P. Respecto a Ucrania, recientemente EE.UU. permitió usar sus armas en suelo ruso, ¿teme que esto pueda provocar una escalada de la violencia? ¿ve posible un final en el corto plazo al conflicto armado?

R. Hace dos años cuando empezó la invasión rusa de Ucrania hubo una ola de solidaridad tremenda en todo el mundo. Millones de personas salieron a manifestarse y los países occidentales prometieron ayuda a Zelenski. Yo confieso que en ese momento, quizá ingenuamente, tenía la confianza de que el conflicto iba a acabar muy pronto y que iba a haber una derrota militar fulminante de Putin. Sin embargo, llevamos ya más de dos años el conflicto sigue ahí y la ola de solidaridad ha menguado, se ha quedado en nada desde ese entusiasmo masivo.

Hace poco asistí a un evento organizado por el Papa, el Arena di Pace. Hubo más de trescientos mil asistentes, entre ellos intelectuales que hablábamos del papel de la cultura en tiempos de guerra. Me sorprendió enormemente que hubiera todo tipo de banderas como la bandera de Israel y la de Palestina, pero que no estuviera la bandera ucraniana. Me pareció muy significativo de lo que está pasando.

La impresión que tengo es que ahora mismo todo el mundo se ha cansado de esta guerra y quieren paz. Pero la pregunta es: ¿Qué paz? En este sentido parece que la postura de Rusia y de Putin como agresor coincide con la postura de los países occidentales, porque por razones distintas cada uno quiere congelar este conflicto, dejarlo pausado en la línea actual del frente.

Por un lado, Putin porque ya no tiene fuerzas evidentemente para seguir adelante y tomar Kiev y estaría contento con quedarse donde está; y por otro lado, Occidente no está en absoluto interesado en la caída y menos en la caída como derrota militar por parte de Ucrania del régimen de Putin. Ese escenario podría conllevar la aparición del caos en el país y el arsenal nuclear (de Putin) quedaría fuera de control, algo realmente muy temido.

"Esto es lo que yo preveo: vamos a tener en el centro de Europa un conflicto bélico congelado"

Por tanto, lo que creo que va a ocurrir es que Occidente va a presionar de algún modo a Zelenski o a su sucesordejando de suministrarle armamentosuficiente para seguir combatiendo. De esta manera podrían llevarles a aceptar unas hipotéticas negociaciones de paz que congelen el conflicto donde está.

Y, en paralelo, Putin está volviendo a esos bombardeos nocturnos, sometiendo a la población al terroratacando a la población civil en ciudades como Járkov y Odessaporque lo que quiere es provocar el cansancio de Ucrania para que la propia población desde dentro presione a Zelenski para que frene la guerra y evite así más pérdidas.

Esto es lo que yo preveo, que vamos a tener en el centro de Europa un conflicto bélico congelado y no es el único porque, por ejemplo, Israel y Palestina viven así encadenando conflictos durante décadas y cada generación tiene su propia guerra. Y yo creo que con Rusia y Ucrania va a pasar lo mismo.

P. ¿Cree que ese "apoyo menguante" que mencionaba a Ucrania se debe también a que la comunidad internacional parece ahora estar más volcada con Gaza?

R. Claro. Pero es que esto también es parte de lo que denomino la guerra total o global de Putin contra el mundo. Porque, pensemos, ¿quién preparó a los terroristas de Gaza? Que cada cual se lo pregunte.

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