El británico se pone como líder del mundial con su segundo triunfo consecutivo
Mercedes sacó la apisonadora y en Hungaroring dejó ver por primera vez el gran potencial del W11 y la ventaja que ostentan frente al resto de monoplazas
Incluso antes de empezar la carrera, las pulsaciones de los equipos se sobresaltaban. A falta de 20 minutos para ver los semáforos apagarse, Max Verstappen se estrellaba con su RB16 contra las protecciones mientras realizaba su vuelta de salida de boxes, con los neumáticos intermedios montados y el asfalto del Circuito de Hungaroring completamente mojado por la lluvia. Esto obligaba a los mecánicos de Red Bull Racing a acometer una reparación de última hora ya en la parrilla, en la que conseguirían alinearle de nuevo la dirección al monoplaza, poner un nuevo alerón delantero y reparar el resto de desperfectos antes de que comenzara el Gran Premio de Hungría, el tercero de la temporada.
Con la pista secándose, los HAAS decidían arriesgar y entrar directamente a boxes en la vuelta de formación para poner los neumáticos de seco, mientras que, en las posiciones delanteras, Lewis Hamilton conseguía defender la primera plaza ante los envites de los pilotos que salían justo detrás de él, en las posiciones impares. A partir de ese punto el británico abriría hueco, el suficiente como para no verse amenazado por un Max Verstappen que se recomponía del susto inicial previo a la carrera y que salvaba en parte un fin de semana que pintaba muy complicado por los problemas de equilibrio del coche.
El holandés conseguiría mantener a raya a Valtteri Bottas, el cual padecía una muy mala arrancada que lo retrasaba hasta la quinta plaza y le obligaría a desembarazarse primero de los Ferrari y después de los Racing Point para poder alcanzar finalmente el tercer escalón del podio. Perdía el liderato el finlandés debido a la victoria de Lewis Hamilton, segunda de la temporada y octava en Hungría, algo que sumado a la vuelta rápida conseguía le daban esos 26 puntos que lo aúpan al frente de la general con 63. Lewis ya tiene 86 triunfos en la Fórmula 1, algo que lo sitúa a únicamente cinco de Michael Schumacher.
Tras Bottas, Racing Point se volvía a quedar sin el premio del podio por tercer Gran Premio consecutivo, con Lance Stroll aguantando la cuarta plaza por delante de Alex Albon y el primero de los Ferrari, el de Sebastian Vettel, el cual se debía conformar con la sexta posición después de defenderse de un Checo Pérez que en ritmo de carrera no consigue igualar al de los Mercedes-AMG F1. El tetracampeón alemán era el último piloto doblado por Hamilton, lo que evidenciaba la superioridad del británico al volante del W11 en el trazado magiar.
Completando el Top10, Daniel Ricciardo finalizaba por delante de un Kevin Magnussen que era capaz de sacar finalmente partido a la estrategia de HAAS, logrando dos puntos de la novena plaza, mientras que a Carlos Sainz le pasaba mucha factura un mal primer pit stop en el que incluso se tocaría con el Williams de Nicholas Latifi, por el cual el canadiense sería sancionado con cinco segundos por 'unsafe release'.
Las cinco siguientes posiciones estarían ocupadas por pilotos que a la postre se habían quedado sin premio, empezando por la 11ª de Charles Leclerc, al cual le penalizaba mucho el mal rendimiento de los neumáticos blandos tras la primera parada, seguido de un Daniil Kvyat que también quería arriesgar y poner el neumático de seco antes de empezar la carrera, opción que AlphaTauri descartó. Lando Norris no pudo repetir sus grandes actuaciones de Austria y Estiria y debía conformarse con la 13ª posición, justo por delante de Esteban Ocon y Romain Grosjean. El resultado definitivo deberá esperar a la posible sanción de Alex Albon, después de que en teoría los mecánicos de Red Bull secaran el asfalto de su cajón de salida, así como a la decisión que tomará la FIA sobre la legalidad de los conductos de freno del RP20 siempre y cuando haya reclamación por parte de algún equipo aquí también.