NACIDO PARA ADAPTARSE A UNA NUEVA NORMA FIA
Conocemos a fondo al ya mítico Porsche 956, uno de los 'reyes' de Le Mans, de la mano del también legendario piloto belga Jacky Ickx.
En el año 1982, la FIA introdujo una nueva categoría de coches para algunos de sus campeonatos: el Grupo C. Una categoría que pretendía limitar las prestaciones de los coches al limitar el consumo de gasolina que podían hacer. Ese mismo año, Porsche inscribió tres 956 en las 24 Horas de Le Mans. Terminaron la carrera en primera, segunda y tercera posición: el éxito fue arrollador.
El 956 fue un prototipo de carreras desarrollado por Porsche para adaptarse a la nueva normativa. Pesaba 820 kilos y su motor bóxer de aluminio con dos turbos era capaz de desarrollar hasta 640 caballos de potencia. Con este Porsche, Stephan Bellof registró el tiempo récord por vuelta en Nurburgring en 1983: 6 minutos, 11 segundos y 13 milésimas, a una velocidad media de 202 kilómetros por hora. Un récord que se mantuvo durante 35 años.
Sin querer desmerecer a los coches de carreras actuales, ni a los pilotos. Pero hacer esos tiempos, o rodar al máximo durante 24 horas sin que nada falle en coches como éste… no era fácil. Y sobre esto, seguro que Jacky Ickx sabe algo más que yo.
“Ganar la primera vez con un Grupo C, en Le Mans, en 1982, es un gran desafío. Pero, claramente, es un desafío digno de Porsche.”
Jacky Ickx se hizo con su sexto título de Le Mans aquel año. Era la tercera victoria que sumaba junto a su compañero de equipo Dereck Bell. Además, en 1985, el español Jesús pareja debutaría con este mismo coche, quedando en octava posición; mientras que en 1986 lograría un segundo puesto.
“Hay un mundo de diferencias entre un 936 y este 956. Pero lo más importante es que, de alguna manera, nos metimos en la industria aeronáutica. Porque este coche produce muchísima carga aerodinámica. Por ejemplo, en Paul Ricard, cuando probábamos el 936, había una curva que éramos incapaces de hacer a fondo" dice Ickx.
"Cuando este coche apareció, todos sabíamos que era posible hacerla a fondo. Pero tardamos muchas vueltas en conseguirlo porque era algo a lo que no estábamos acostumbrados. Eso es evolución. Éramos unos 30 kilómetros por hora más rápidos en la misma curva. Fue el comienzo de una nueva era.”
Este fue el primer Porsche en utilizar un chasis monocasco de aluminio y un perfil de ala invertida en su diseño: ligereza y aerodinámica llevados al extremo. Es decir, el suelo del coche está diseñado para hacer lo contrario al ala de un avión: pegarlo al suelo. Cuanto más rápido, más fuerza hacia abajo.
Tanto que, a velocidad máxima, generaba más fuerza descendente que su propio peso. Así que, técnicamente, podría circular al revés, boca abajo. Y así lo tienen representado en el Museo de Porsche que visité el año pasado. Donde está expuesto pegado al techo.
Siete victorias en las 24 horas de Le Mans -siendo el Porsche que más veces las ha ganado-, seis en las de Daytona, cuatro en las 12 horas de Sebring, 39 victorias en campeonatos del mundo… Este coche tiene uno de los currículums más espectaculares de la historia de la automoción. Es historia viva de la marca de Stuttgart.