Después de la disputa de una de las ediciones con ,
el Mundial de Resistencia se toma un largo descanso. No tan largo como otros años, pero largo aún así, pues hasta dentro de un mes los LMP1, LMP2 y GTE no volverán a competir. Será en Nürburgring, cita que repite tras estrenarse en el calendario la temporada pasada. Cierto es que el Mundial pasa este año de diez semanas de parón a sólo cinco, pero este vacío
sigue siendo el reconocimiento de que las 24 Horas de Le Mans son y serán mucho más importantes que el conjunto del campeonato. Y eso, obviamente causa problemas a la hora de dar valor al producto y poder venderlo al gran público. Durante sus primeros años de existencia
se especuló mucho con la posibilidad de emplear un calendario invernal, a imagen y semejanza de la Fórmula E o tantos y tantos deportes de equipo. Así, se podría terminar el WEC en Le Mans. Pero obviamente una solución así sigue sin ser perfecta: el vencedor en La Sarthe eclipsaría totalmente al merecido campeón anual. Tal y como está establecido ahora al menos las marcas pueden tener dos impactos, uno en junio y otro al acabar el año.
El otro problema por el cual el Mundial de Resistencia pierde valor frente a Le Mans es que
los propios protagonistas le dan menor importancia. Sólo así se puede entender cómo Toyota ha mostrado una competitividad del TS050 en Le Mans muy superior a las dos citas anteriores (aunque ya mostró en Spa grandes cualidades a la hora de conservar gomas) o que Ford escondiera todo su potencial hasta junio, evitando así castigos mediante Balance of Performance. Y todo eso refiriéndonos tan sólo a las marcas implicadas en el Mundial de Resistencia. No podemos perder de vista que dos actores principales de la categoría GTE en Le Mans apenas cuentan en el conjunto del campeonato:
tanto Corvette como Porsche prefieren centrar sus esfuerzos en el United Sportscar Championship norteamericano, siendo su presencia en el resto del WEC casi residual. El Mundial de Resistencia sigue siendo un campeonato con una salud envidiable y donde cada carrera depara luchas divertidísimas tanto entre equipos oficiales como entre los privados que pueblan las parrillas de LMP2 y GTE-Am. Pero parece lógico que FIA y ACO
no dejen de darle vueltas a la cabeza para encontrar un encaje aún mejor para las 24 Horas de Le Mans y que el WEC no parezca un simple entretenimiento entre mes de junio y mes de junio.