Fabricado en España para todo el mundo en la planta que PSA tiene en Villaverde, Madrid, el Citroën C4 Cactus es una alternativa exótica y muy diferente a los crossovers pequeños y compactos tradicionales, jugando con sus dimensiones y proporciones entre dos aguas para conquistar a los clientes de ambas categorías. Además de una estética tan personal como atrevida, el sello de identidad de todos los C4 Cactus está en los denominados AirBumps que recubren buena parte de la carrocería y que tienen la interesante misión de evitar roces tontos en el día a día que podrían dejar marcadas las puertas o paragolpes. Para conseguir la máxima personalización posible se pueden elegir en varios colores a juego o a contraste. Continuando con las muchas posibilidades de personalización, en el C4 Cactus es posible elegir el tono de las llantas de aleación, barras de techo, carcasas de los espejos retrovisores e incluso algunos adhesivos decorativos, todo ello para conseguir configuraciones más llamativas, elegante, deportivas o urbanas.
Las muchas particularidades del Cactus no se quedan sólo en el exterior.
Nada más abrir la puerta en las versiones con caja robotizada te encuentras con una butaca aparentemente de una pieza al estilo de las que llevaban los coches en los años 60 (realmente son dos asientos con regulaciones independientes), emplazando los mandos de la transmisión en la zona baja de la consola central. En los C4 Cactus con cambio manual se emplean asientos convencionales.
Independientemente de la terminación elegida en
todos los modelos se incluye una pantalla multifunción con siete pulgadas desde la que se controlan diversos parámetros del vehículo, el navegador (si lo incluyese), sistema de climatización, equipo de audio, bluetooth y la entrada auxiliar de audio (mediante USB y toma Jack
). Su manejo es táctil aunque para el control de algunas funciones es algo engorrosa al tener que ir navegando por varios menús.
Frente al asiento del copiloto
hay una enorme guantera abatible muy práctica para el día a día. Se ha conseguido tanto espacio al situar por primera vez en un turismo de serie
el airbag en el techo, muy cerca del marco del parabrisas.
Sin embargo no todas las soluciones empleadas en este modelo son tan ingeniosas o atractivas. Con el fin de ahorrar peso, se han
integrado ventanillas posteriores practicables con apertura tipo “compás”, algo que podría dar sensación de agobio a los pasajeros que viajen en ellas. De igual modo la practicidad se ve comprometida por
una banqueta posterior abatible de una pieza, algo que obliga a anular las plazas traseras si se necesita más espacio de carga. Lo común hoy día es poder contar con dos o tres partes para maximizar la modularidad interior. La oferta de acabados es bastante amplia aunque no por ello sencilla debido a unas denominaciones algo confusas. Están disponibles en versiones
Live, Feel, Feel Edition, Shine, Shine Edition y otra adicional destinada a las empresas bautizada Business.
Dependiendo de la versión elegida podrán tener
climatizador automático, sistema de navegación, cámara de visión posterior, sensores de aparcamiento, sistema de llamadas de emergencia eCall, faros antiniebla con iluminación en curva y tapizado mixto tela/piel. Se echan de menos ciertos elementos habituales en el segmento como la alerta de cambio de carril, detector de objetos en ángulo muerto y el control de crucero adaptativo pero se ha limitado la dotación para evitar elevar los costes.
No hay que olvidar que el C4 Cactus es un producto pensado para cumplir unos mínimos pero no busca cubrir las expectativas de los que buscan la máxima dotación. La oferta de motores está formada por
un 1.2 PureTech con 82 CV que puede elegirse con cambio manual o robotizado, un
1.2 e-THP con 110 CV que se sitúa como la alternativa más rápida y un diésel
1.6 BlueHDI con 100 CV que puede solicitarse con cambio manual o robotizado. Pese a no contar con potencias muy elevadas gracias al bajo peso del conjunto se consiguen prestaciones más que aceptables y consumos muy ajustados.