MEJOR PREVENIR QUE LAMENTAR
El buen estado de los neumáticos, las luces, el parabrisas, la batería y los líquidos del motor es fundamental en pleno invierno, sobre todo si queremos evitar más de un disgusto.
Enero suele ser el mes con las temperaturas más bajas del año. Las heladas nocturnas son habituales en gran parte de España y las nevadas pueden volverse más frecuentes y copiosas allá donde acostumbran. Es por ello que realizar un mantenimiento previo en nuestro automóvil resulta imprescindible si queremos continuar circulando con él con seguridad durante estas fechas y especialmente en las regiones más frías del país.
A continuación te recordamos cinco cosas muy importantes que deberías revisar en tu coche para prevenir averías, accidentes o situaciones de riesgo que podrían evitarse. Adelantarse a los acontecimientos de esta manera cuando afrontemos un viaje por carretera en pleno invierno no sólo nos generará más confianza al volante y hará sentirnos más tranquilos, sino que protegerá al resto de usuarios de la vía.
Revisa que tus ruedas se encuentren en buen estado, es decir, sin desperfectos en la banda de rodadura o en la carcasa de los neumáticos, con la presión recomendada por el fabricante de nuestro vehículo y con una profundidad de dibujo que garantice un buen agarre. No obstante, si se desea aumentar la adherencia, unas gomas de tipo “all season” o puramente de invierno funcionaran mucho mejor sobre calzadas deslizantes.
Las luces exteriores de nuestro coches y especialmente los faros delanteros encargados de la iluminación de carretera son fundamentales en invierno, pues es el momento del año con más inclemencias del tiempo y con menos horas de luz solar. Asegúrate de que su regulación, intensidad y margen de durabilidad son los adecuados. En caso de duda, visita un taller para que los ponga a punto.
Tan importante es alumbrar como poder ver a través de los cristales del automóvil y sobre todo por el delantero. Reconoce que el parabrisas no tenga impactos o grietas de consideración que puedan terminar por romperlo debido a la diferencia térmica entre el interior y el exterior. Seguidamente, repasa visualmente las escobillas y sustitúyelas si están cuarteadas.
Con un clima duro, especialmente allí donde las temperaturas bajan de cero grados, la batería suele acortar su vida útil. Es un componente primordial en un coche moderno, más allá de encargarse del arranque del motor: multitud de elementos pueden hacer uso de ella. A fin de que sus capacidades no se vea muy afectadas, usa un multímetro para ver qué tensión tiene. A partir de 4 años de antigüedad, mejor cambiarla.
Mantener los fluidos de un motor térmico en el estado y en las cantidades adecuadas es crucial para que funcione correctamente, sobre todo con mucho frío. Cuando el coche esté sobre una superficie plana y su impulsor apagado, revisa que los niveles de refrigerante-anticongelante, del líquido de frenos, del aceite y del lavaparabrisas son apropiados, reponiendo si es preciso con las mismas especificaciones.
Una vez termine el frío intenso y la posibilidad de hielo sobre el asfalto, acude a un taller para comprobar que la mecánica del chasis del vehículo no ha sufrido daños a causa de la sal con la que los servicios de mantenimiento rocían las calzadas. Pinzas y discos de freno, brazos de la suspensión y otros componentes pueden comprometerse por la corrosión. Para evitarla, lava con frecuencia los bajos con agua dulce.