EVITA AVERÍAS
La batería y los neumáticos son los elementos que más pueden sufrir las consecuencias si un coche está parado mucho tiempo, pero ¿cuántas semanas o meses son necesarios para llegar a ese punto?
No hay ninguna regla universal para responder a esta pregunta, pero simplificando mucho el asunto, podríamos decir que un coche puede estar parado entre una y dos semanas sin prácticamente consecuencias. A partir de ahí, algunos componentes pueden desgastarse progresivamente, aunque el ritmo al que lo hagan depende mucho del tipo de vehículo, la edad y dónde esté aparcado.
Si estás más de un mes sin arrancarlo, el primer componente en sufrir será la batería, porque se puede desgastar si no la desconectas o al menos lo arrancas cada cierto tiempo. Además, el sistema de frenos o los neumáticos pueden empezar a mostrar señales de esa inactividad.
Eso sí, hay que matizar esto, porque depende mucho si tu coche duerme en garaje o en la calle. En este segundo supuesto, el vehículo estará expuesto a la humedad, los cambios de temperatura, la lluvia o los rayos UV, lo que acelera el deterioro.
Como ya te hemos adelantado, el elemento más vulnerable es la batería. Por ejemplo, en vehículos modernos con sistemas electrónicos que consumen energía incluso en reposo, una batería puede quedar inutilizada en menos de un mes si no arrancas el motor. Es bastante habitual en estos casos que al coche le cueste arrancar después de varias semanas sin uso.
Otro punto sensible son los neumáticos. Si el coche permanece estacionado en la misma posición durante semanas, las ruedas pueden desarrollar planos por la presión constante contra el suelo. Provoca vibraciones al circular y lógicamente puede acortar la vida útil de los neumáticos.
También deberías prestar atención a los líquidos del motor. Con el tiempo, el aceite puede perder propiedades, el refrigerante también puede degradarse y el líquido de frenos absorber humedad. Si el coche no circula durante mucho tiempo, es normal que algunas partes del motor tampoco se lubriquen como deberían y, por tanto, que tengas problemas al arrancarlo.
Los componentes como manguitos, juntas o retenes también pueden resecarse o agrietarse, sobre todo si están expuestos a cambios bruscos de temperatura. En zonas húmedas o con salinidad, la corrosión puede avanzar mucho más rápido, sobre todo en los frenos.
Quizá a diario utilizas un vehículo para ir a trabajar y tienes un segundo que reservas para los fines de semana o las vacaciones. Si prevés que vaya a estar parado durante varias semanas, hay varias cosas que puedes hacer para reducir al máximo el desgaste. Toma nota: