Tras el con 1.160 muertes en las vías españolas, el Ministerio de Interior y la Dirección General de Tráfico anunciaron la elaboración de un
plan de medidas urgentes para reducir la mortalidad en 2017 y recuperar la senda de reducción de víctimas mortales que hasta el pasado alo 2016 había encadenado 13 años consecutivas de reducción. Ayer os anunciamos cuáles serían , sin embargo nos llamó poderosamente la atención que todas las medidas escondían cierto regusto a refuerzo de las políticas ya activas en lugar de un profundo estudio sobre lo que se está haciendo bien o lo que está haciendo mal. Además, este plan urgente apenas modifica los presupuestos fijados para este fin ya que
sólo añaden 11,7 millones de euros, cantidad a todas luces insuficiente, más aún tras conocer hace apenas unas semanas que el nos supondría un desembolso de 5.000 millones del erario público.
La reducción de la mortalidad en las carreteras españolas pasa indudablemente por una profunda revisión de todo el código de circulación, además de
las sanciones que se imponen a los infractores que no respetan esas normas, siendo éste un punto vital para conseguir eliminar de las carreteras aquellos conductores que no respetan las normas de circulación. Tras resulta necesario valorar un endurecimiento del sistema de puntos, la posible introducción de un formato de reciclaje de conductores y mayores exigencias para el mantenimiento del carnet conforme avanza la edad de los conductores.
A todo ello hay que sumar el
necesario estudio de la efectividad de los radares de velocidad y de sus verdaderos fines, ya que cada vez queda más patente que
existen graves errores en algunos de ellos por ubicación, límites de velocidad o intereses recaudatorios. Además, se deberían introducir modificaciones en el criterio de ubicación de los mismos para dar prioridad absoluta a las zonas señalizadas como puntos negros donde se conocen datos en relación al índice de infracción, exceso de velocidad y tasa de mortalidad. En este plan de medidas se da un primer paso, pero es necesario una revisión a gran escala de todos y cada uno de los radares en activo.
Las infraestructuras son otro punto sensible que siempre parece quedar en el olvido tal y como demostraba este . La mejora de la red viaria, la señalética y
los recursos destinados a su conservación deben ser una prioridad en un plan para reducir la siniestralidad, y es que con el cada mayor número de coches en circulación y es muy necesario ofrecer unas infraestructuras en perfecto estado.
Para finalizar,
el plan de 16 medidas promete abordar un aspecto tan importante como es la educación vial, aunque deja nuevamente en el tintero una petición social para introducir medidas de gran calado en forma de asignatura de educación vial desde edades muy tempranas. La mayor presencia en redes sociales y la elaboración de contenidos audiovisuales para su difusión son un buen recurso, aún así
la formación es la medida más efectiva en materia de prevención y concienciación. El año 2017 se presenta como un año bastante complejo para la mortalidad en las carreteras españolas, y es que a la luz de estas primeras medidas tomadas por Interior y Tráfico, se presupone un nuevo descenso de las víctimas, sin embargo volvemos a recordar que existe mucho margen para atacar de verdad este problema. En Centímetros Cúbicos: |