Las primeras consecuencias del voto a favor por la salida del Reino Unido de la Unión Europea parece que podrían llegar antes de lo que pensábamos dentro del sector del automóvil. Si hasta junio estaba claro que el nuevo Qashqai se fabricaría en suelo británico, ahora las cosas no están tan claras.
El próximo mes de noviembre será cuando la empresa decidirá si finalmente la tercera generación del tendrá sello británico o si por el contrario moverán la producción a un nuevo centro de la firma (se podría utilizar una planta de Renault si fuese necesario).
No hay que olvidar que el Nissan Qashqai es uno de los modelos más vendidos de su segmento y un pilar fundamental para la firma japonesa en Europa. De no mantenerse la competitividad de las instalaciones británicas, la marca tendría que buscar un nuevo lugar en el que fabricarlo. Aunque
las consecuencias del Brexit todavía no se conocen, podrían
implantarse aranceles a los productos que lleguen del Reino Unido con destino Europa, algo extensible también en la importación/exportación de piezas, lo que terminaría elevando mucho los costes.
Además del Qashqai, en Sunderland se fabrican los Leaf y Juke, este último otro de los súper ventas de la marca, y el Infiniti Q30. Otros fabricantes como Honda (que hace allí algunos Jazz, CR-V y Civic)
no han tomado una decisión todavía sobre el futuro de las inversiones pero de no mantenerse el convenio actual también podrían reubicar la manufactura en otros países.
La única marca que de momento ya ha paralizado toda su producción es MG, perteneciente al gigante chino Nanjing Motor y que ha utilizado la excusa del Brexit cuando la realidad deja bien claro que por el bajo volumen de ventas no interesa la producción local.