SE INSTALA DETRÁS DE LAS RUEDAS
Las partículas que recoge este sencillo objeto se pueden reutilizar para fabricar desde suelas de zapatos hasta pavimentos especiales.
Que las emisiones de los tubos de escape de los coches están bajo la lupa de la Unión Europea es algo sabido por la mayoría de la población, si bien la normativa Euro 7 ha terminado siendo más suave de lo esperado. Lo que no conoce una gran cantidad de personas es que este organismo geopolítico también tiene como objetivo reducir las partículas que los automóviles liberan cuando se desprenden de sus neumáticos y de sus frenos. ¿Cómo solucionar esto?
Tanto las carcasas de las ruedas sobre las que apoyan estos vehículos como las pastillas que rozan contra sus discos para decelerarlos están compuestas de un material que, a medida que se desgasta, se ha demostrado que es nocivo para la salud de personas y animales. Hablamos de micropartículas de caucho y de ferodo que, según la UE, llegan a generar hasta media docena toneladas de residuos contaminantes cada año en los países miembros.
En vista del potencial dañino de esta clase de emisiones, a menudo olvidadas, hay tres jóvenes británicos (Hanson Cheng, Siobhan Anderson y Hugo Richardson), estudiantes de la Royal School of Art de Londres, que han desarrollado una solución. Se trata de un curioso dispositivo capaz de recoger cerca del 60% de las partículas en cuestión. Este invento, que ha recibido premios internacionales e incluso financiación millonaria, es una suerte de caja especialmente diseñada para captar restos de goma y zapata.
Al margen de su efectividad y capacidad de mejorar el medio ambiente en general y el bienestar humano en particular, varias fuentes indican que la UE se ha fijado en la idea y podría llegar a obligar su aplicación a todos los fabricantes de coches que operen en mercados comunitarios. De momento, ya se ha creado una empresa, de nombre The Tyre Collective, que plantea un modelo de negocio escalable y ya trabaja con varias marcas de la industria para adaptar su "recogedor".