La importancia de llevar una cámara 360º en nuestro coche

Se habla mucho de métodos y acciones 'a' o 'de' 360 grados: Marketing 360 grados, estrategias 360 grados. Audiovisualmente, para tener una visión 360 necesitas unas gafas de realidad virtual o una cámara 360. Una visión de 360º ofrece una experiencia inmersiva. La DGT hizo esta campaña que permitía vivir desde dentro qué ocurre al cometer una distracción o consumir alcohol y sus consecuencias.

Para evitar ese tipo de situaciones y hacer nuestra conducción un poco más segura, el Cupra Ateca, tiene una cámara 360º con la que funcionan muchos asistentes capaces de salvar vidas y dan al coche un nivel 2 de conducción semiautónoma, tal y como podemos ver en el video principal. Esta vez te lo contamos en nuestra sección, Conduce Seguro con Ponle Freno.

Cuatro cámaras en la parte delantera, trasera y los retrovisores, dan una visión al conductor de 360 grados. Una recreación del coche, en la pantalla multimedia, permite ver el entorno desde distintas posiciones. Si pulsas en cada cámara, obtienes su perspectiva en la pantalla y puedes combinar la vista simultánea con las otras cámaras.

Lateralmente, tienes una visión gran angular, muy útil si estás en un cruce, por ejemplo. Lo mismo pasa con la trasera, para ver si tienes un obstáculo o se cruzan coches. Esto evita imprevistos, que no se perciben por el espejo retrovisor. Por cierto, la cámara trasera tiene un inyector de agua propio para su limpieza.

La cámara delantera ofrece información al sistema de reconocimiento de señales de tráfico: varios sensores, sincronizados con ella, detectan los límites de velocidad de la vía. También está al servicio del Lane Assist, que supervisa la posición del coche dentro del carril y alerta al conductor de que su vehículo se aproxima o traspasa las líneas de la carretera. Además, mueve el volante y, si haces fuerza sobre él o pones el intermitente, se desconecta.

Hay más asistentes que dependen de esta cámara de 360 grados y que hemos probado al volante del Cupra Ateca. Uno de ellos es el Control de Crucero adaptativo, que hace la conducción un poco más fácil, acelerando y desacelerando automáticamente.

Solo hay que seleccionar la velocidad de conducción deseada y la distancia con el coche que te precede, respetando las distancias mínimas reglamentarias, y activar el sistema mediante una palanca de control. Aquí el sistema de radar delantero mantiene automáticamente la distancia deseada con el coche que llevamos delante en función de la velocidad elegida. Si delante de ti no hay ningún coche, el asistente funciona como un sistema de control de crucero convencional.

También podemos suavizar la incomodidad de un atasco gracias a la cámara y su conexión con el Asistente de Atascos. Con este sistema, el coche calcula la distancia con otros vehículos y controla la aceleración y deceleración manteniendo el vehículo en el carril. Si el atasco se prolonga en el tiempo, acelerar y frenar se convierten en algo monótono. Con este asistente solo hay que estar pendiente del volante, eso sí, nunca hay que perder la atención a la carretera.

Y volviendo a mirar a través de la cámara y fijándonos en cosas que nos ayudan a mantener la atención, con el asistente de tráfico trasero podemos ver si hay otro coche o peatón que se cruza al aparcar. Y él mismo frena, si fuese necesario. Por la pantalla, con las líneas, ves la trazada ideal para aparcar y la posición en la que dejas el coche.

Asimismo, se puede ver lo que normalmente no vemos, con las cámaras y el Asistente Lateral, que nos alerta de la presencia de vehículos en el ángulo muerto en hasta 70 metros de distancia. Lo hace gracias a una indicación ubicada en los espejos retrovisores exteriores. Como hemos comprobado con esa visión a 360º, podemos verlo todo y controlar lo que está a nuestro alcance. Siempre, por supuesto, teniendo en cuenta que aún teniendo estas ayudas nunca hay que perder la atención y la vista en la carretera.