UN PROBLEMA CADA VEZ MÁS PREOCUPANTE
Ya se han dado diversos casos de robo de cables de carga para coches eléctricos, una tendencia cada vez más habitual que preocupa no solo a las autoridades, sino también a los usuarios de un coche eléctrico que no pueden abastecer.
Digamos que el contexto para el asentamiento masivo del coche eléctrico no era ideal, pero con este nuevo caso de vandalismo lo es aún menos. Y es que ya se han registrado diversos casos de ladrones de cables de carga, los cuales acuden a electrolineras públicas y los cortan de cuajo pero, ¿cuál su verdadero motivo?
Y es que aunque el problema aún no se haya masificado, ya empiezan a existir preocupaciones tanto en las autoridades como entre los propietarios de un coche eléctrico. De hecho, son varios los casos los que se han registrado en Reino Unido, España y Estados Unidos entre otros, países que empiezan a denunciar la situación.
E incluso los famosos supercargadores de Tesla han sido víctimas de este vandalismo que, de momento, no tiene una explicación lógica. Y es que debemos aclarar que aunque arranquemos el cable con la toma para el coche, una vez extraído este es completamente inservible.
De esta forma, se descarta que la razón de los ladrones sea para tener un cargador en casa, además de que sería necesaria una instalación eléctrica capaz de soportar la potencia a la que trabajan los cargadores rápidos. Entonces, además del puro morbo que produce algunos llevar a cabo actos delictivos por muy poca lógica que tengan, queda la opción de la venta de cobre.
Al fin de cuentas estamos hablando de un material muy presente en este tipo de cargadores y existe un mercado negro cada vez más notorio de este. A ello debemos sumarle la facilidad con la que se puede vender cobre en un desguace o servicio de compra-venta, y, si tenemos en cuenta que actualmente el kilo de cobre se paga en España a aproximadamente 7 euros, tenemos el cóctel motivacional de estos ladrones.
Ahora bien, ¿existen soluciones reales a este problema? La primera de ellas pasaría por poner vigilantes en las electrolineras o cámaras de seguridad, sumándole que la extracción del cable del propio cargador solo podría producirse una vez activada la carga con una aplicación móvil.
Sin embargo, la solución más lógica podría encontrarse en controlar mejor el sistema de compra-venta de cobre. Esto pasaría por exigir un número de serie o un contrato mediante el cual se formalizase la compra de ese cobre y así evitar que un ladrón saque tajada de un robo.
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