No nos cansaremos de repetir que la velocidad se deja para los circuitos, pero algunos todavía no lo tienen del todo asimilado. Pongámonos en situación. Un Ferrari California circulando a gran velocidad por una carretera convencional con un Porsche Boxter pisándole los talones. Se aproxima a una curva cerrada, pero por delante tiene a otro vehículo circulando a una velocidad adecuada. Sin embargo, el temerario conductor opta por adelantarlo por fuera, en un lugar de reducir para tomar la curva sin problema. El desenlace:
pérdida del control del vehículo y terminar accidentado en un pequeño río al margen de la carretera. En esta ocasión el conductor salió ileso y su Ferrari podrá ser reparado a pesar de los daños. Esperamos que aprenda la lección para otra ocasión después del susto y deje las carreras para los circuitos convencionales.