NO CREE SÓLO EN LOS ELÉCTRICOS
Roberto Miguel Nieto considera que los coches eléctricos no son accesibles para todo el mundo y el problema medioambiental ha de abordarse desde otras perspectivas.
Hace pocos días, el periódico El Español, entrevistó a Roberto Miguel Nieto, máximo responsable de investigación, desarrollo e innovación de Horse, la empresa del Grupo Renault centrada en la creación y el perfeccionamiento de sistemas de propulsión con base térmica (motor de combustión). Este ingeniero y experto en automoción asegura que a los impulsores tradicionales les queda mucha vida, incluso después del año 2035, momento en que la Unión Europea ha prohibido su venta.
Según la entrevista, realizada por José Luis Cano, este especialista español que trabaja en Valladolid tiene una visión tan diferente como realista sobre el futuro del sector, al menos acostumbrados a lo que, normalmente, pretenden transmitir políticos y marcas de la industria. Por un lado, Roberto confía mucho en la tecnología híbrida y su gran potencial para reducir de forma rápida y efectiva las emisiones de CO2. Por el otro, cree que la plena electrificación no es la única solución para la descarbonización.
Tampoco piensa que sea el mejor remedio, considerando que el calentamiento global no se puede parar únicamente desde nuestras latitudes cuando se prevé, por ejemplo, que India o Sudamérica cuenten con un 90% de ICE, MHEV o HEV en 2030. Es por esto que en Horse trabajan en la movilidad del mañana desde una perspectiva distinta y que tiene en cuenta alternativas al vehículo eléctrico (BEV) e incluso más efectivas desde un puesto de vista ecológico.
"Aunque se hable mucho del coche eléctrico, no es accesible para todo el mundo, no es inclusivo. Horse quiere democratizar esa elección y que el usuario al final sea quien escoja la tecnología que mejor se adapte a sus necesidades y a su región", afirma. En este sentido, Roberto habla del I+D+I en range extenders, combustibles sintéticos e hidrógeno, además de la continua optimización del motor de gasolina y de las baterías más pequeñas, como otra manera de enfrentar los retos que plantea la movilidad.
Eso sí, cuando habla de hidrógeno, no habla de una pila de combustible, sino de una adaptación de los propulsores convencionales para que puedan alimentarse con H2 en lugar de los carburantes habituales (gasolina, gasóleo, GLP o GNC). Los desarrollos en los que se está trabajando o se trabajará en el centro castellanoleonés de Renault se focalizan en tecnologías pragmáticas y fundamentadas en otras existentes, avanzadas y demostradas, además de beneficiosas para el medio ambiente.