ACCIDENTE
Aparte de ser peligroso para los demás conductores, y para nosotros mismos, hacer mal una rotonda conlleva una multa de 200 euros. Si esta maniobra termina en accidente, ¿quién tiene la culpa?
Para muchos conductores, una rotonda puede significar un verdadero quebradero de cabeza. Aparte de ser peligroso para los demás conductores, y para nosotros mismos, hacer mal una rotonda conlleva una multa de 200 euros por incumplir el artículo 74 del Reglamento General de Circulación. Si esta maniobra termina en accidente, ¿quién tiene la culpa?.
Existen tres supuestos: Si el accidente se produce en el ceda el paso de acceso a la rotonda, si ocurre en el momento de incorporarse a la rotonda o si el siniestro se produce en el interior de una rotonda. Y de según se trate de cada uno, las consecuencias irán a parar a uno u otro conductor. VER VIDEO.
Te puede inteteresar: La Guardia Civil desmonta uno de los mayores mitos sobre las rotondas con este tutorial
Sí, lo seguimos haciendo mal. Las rotondas siguen siendo un quebradero de cabeza para los conductores españoles y la Guardia Civil está empeñada en solucionarlo.
La Agrupación de Tráfico lo ha explicado de forma sencilla en un vídeo en el que dan las claves básicas para que, de una vez por todas, utilicemos un único procedimiento a la hora de encarar una rotonda.
Y es que tal y como indica la Guardia Civil, no vale esa filosofía de que en 'las rotondas siempre hay que circular por el carril exterior'. Esta creencia falsa es una de las que conlleva principalmente a que se produzcan las confusiones cuando varios vehículos se encuentran circulando en el interior de una de estas glorietas.
La Guardia Civil también ha insistido en que la técnica de entrar 'a lo loco' en una rotonda, o lo que es lo mismo, hacer la línea más corta cortando otras posibles trayectorias, tampoco es lo correcto y es uno de los motivos más habituales de accidente. En las glorietas hay que respetar los carriles y hacer una trazada lo más respetuosa posible con el resto de usuarios de la vía, procurando pisar lo estrictamente necesario las líneas discontinuas.