HAY DOS NORMATIVAS
A la hora de comprar un sistema de retención infantil (SRI) tenemos que tener en cuenta tres factores: la talla del niño, el tipo de coche y la homologación europea.
Los sistemas de retención infantil (SRI) son obligatorios cuando los más pequeños de la casa viajan a bordo. La falta de instalación y su ausencia de uso está clasificado como una infracción grave, lo que supone una multa de 200 euros y la retirada de 3 puntos en el carnet de conducir. Su importancia es tal que pueden llegar a reducir las probabilidades de sufrir lesiones graves hasta en un 90%, pero: ¿cómo saber si las sillas infantiles están homologadas?
A la hora de comprar un sistema de retención hay que tener en cuenta tres factores: la talla de los niños, el tipo de coche que tenemos y la homologación europea. Sólo si cumple estas premisas será una silla adecuada (y segura) para el transporte de los menores.
Talla
El SRI tiene que adecuarse a la edad, al peso y a la altura del niño. Si es más pequeño o más grande no cumplirá con sus funciones y no viajará protegido ni seguro.
Tipo de coche
A la hora de elegir una silla infantil tenemos que tener en cuenta qué vehículo está en nuestro garaje. La mayor parte de los modelos incluyen los anclajes IsoFix, pero si no es tu caso tenlo en cuenta a la hora de comprar el SRI porque necesitarás uno que se pueda ajustar a través de los cinturones de seguridad. Además debes comprobar que es fácil de instalar ya que si no está bien sujeta no cumplirá su cometido.
Homologación europea
Llegamos al punto que resuelve la gran duda: ¿cómo se puede saber si la silla que tenemos o la que vamos a comprar está homologada según las leyes europeas? Es tan sencillo como fijarse en las etiquetas que describen sus características básicas y recogen los datos del SRI. Entre ellos nos encontraremos una de estas dos normativas: la ECE R44/04 y la I-Size. Son diferentes, pero igualmente válidas aunque todo apunta a que se acabará imponiendo la segunda porque es más estricta.