CONCEPTO DE MICROMOVILIDAD
El Pininfarina NIDO es un prototipo de hace 20 años adelantado a su tiempo. Por sostenibilidad, pero también por su nivel de seguridad.
La industria japonesa con la mente en el contexto presente y futuro de la sostenibilidad y la micromovilidad, los fabricantes chinos imponiendo sus modelos aquí y allá, las marcas europeas respondiendo con un catálogo de urbanitas eléctricas cada vez más extenso, las intenciones de colocar en las calles un coche de estas características por y para el viejo continente... Entonces, cada tanto, un diseño nuevo aparece o bien, entendiendo los momentos, resurge un adelantado a su tiempo.
He aquí un caso de este segundo grupo. Un potencial candidato, porque se trata de un concept car. Un italiano y no creada por una generalista, sino por una de las casas más prestigiosas del diseño automotriz, de basta trayectoria en diseños de selectos automóviles de calle y de prototipos que sintetizaron las tendencias de cada década. Años después de presentar la versión original, en 2010 el Pininfarina Nido mutó a concepto experimental de cien por ciento eléctrico, que es, claro, el que encajaría mejor en la actualidad.
Pero Pininfarina, entendiendo los momentos, insisto, ha recordado en las últimas horas a aquel pequeño de menos de tres metros de longitud –un "ultracompacto", según su definición– presentado en el Salón de París del 2004, porque el concepto de micromovilidad va más allá de la electrificación: los coches hechos para ponerlo en práctica logran sus dos fines fundamentales e inherentes –los desplazamientos cortos y la reducción del consumo (y de emisión de gases, por ende)– independientemente de la motorización que lleve dentro.
"Durante décadas, Pininfarina se ha anticipado a estas necesidades combinando diseño, tecnología y sostenibilidad en conceptos de movilidad vanguardistas", deslizó la firma de Cambiano en sus canales de difusión, levantando la mano, como para que se recuerde que es más que una escuela sinónimo del refinamiento y especializada en carrocerías de deportivos.
Por sostenibilidad, más que aclarado. Por diseño, dado que marcaría una diferencia: ¡qué mejor que imaginar en las calles de hoy un concepto estético de mediado de los años dos mil, vaya época! Significaría, además, sobresalir frente a una mayoría de microcoches que se entregan a la tendencia de carrocerías angulares.
Ahora bien, por cómo está concebido en materia de seguridad, el Pininfarina NIDO también sería un potencial candidato a la conducción urbana que asoma. Acerca de las mencionadas intenciones de introducir en las ciudades europeas un pequeño eléctrico de bajo coste y asequible al cliente, este concepto italiano representaría un opuesto. Mientras la Unión Europea avanza en la búsqueda de marcos regulatorios especiales que contemplen niveles básicos de seguridad, el NIDO cuenta con una compleja estructura anti-siniestro que le da el nombre: una sección frontal deformable, una celda de protección rígida y una cabina tipo trineo que se mueve mediante un riel al momento de un choque, resguardando a los ocupantes de la energía del impacto.