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El truco barato, pero eficaz, con el que jamás se volverán a empañar los cristales de tu coche

El empañamiento de los cristales sucede cuando la humedad del habitáculo se condensa sobre la superficie del vidrio frío, pero tiene una solución sencilla y duradera.

En pleno invierno, las bajas temperaturas pueden complicar la conducción y no sólo por la nieve o el hielo que pueda depositarse en la carretera. Por ejemplo, cuando hay mucha diferencia térmica entre el interior y el exterior del coche, sus cristales tienden a empañarse, dificultando mucho la visibilidad. Esto sucede porque la humedad (vapor de agua) que se encuentra en la cabina, procedente sobre todo de la respiración y la transpiración de los ocupantes, se condensa en la superficie fría del vidrio. ¿Qué hacer para evitar este incómodo fenómeno?

Cristal empañado | Pixabay

Más allá de los remedios obvios, como ventilar el habitáculo mediante la apertura de las ventanillas o el encendido del sistema de climatización, ajustar la temperatura del aire acondicionado para aproximarla a la del ambiente, secar la cara interna de los cristales con una gamuza cada poco tiempo o activar los desempañadores eléctricos que tienen algunos parabrisas y casi todas las lunetas traseras, existe un truco mucho más simple, económico y duradero: el uso del vinagre.

El ácido acético que compone en gran medida este líquido, el cual tanto se utiliza en la cocina e incluso en la limpieza (según su origen), tiene capacidad para prevenir que se nublen o enturbien los vidrios de un automóvil. Sin entrar en explicaciones científicas, básicamente esta sustancia es capaz de romper las moléculas de agua susceptibles de adherirse a los cristales en un entorno húmedo. De este modo, utilizando una solución diluida de vinagre sobre las superficies transparentes, el fluido actuará como un agente deshidratante.

Cristal empañado | iStock

Para reducir la condensación del interior del vehículo gracias al “milagroso” vinagre, ya que este impide la unión de los átomos de hidrógeno con los de oxígeno, mezcla 50 ml de vinagre de manzana con 100 ml de agua destilada en cualquier recipiente. Luego, aplica la disolución con una esponja o un paño lo más limpios posible. Finalmente, con otro trapo, pero completamente seco, retira el exceso y airea la cabina para reducir la intensidad del olor que desprende este producto. A la postre, habrás creado una fina barrera transparente que será clave para aumentar tu seguridad y confianza al volante.

Eso sí, para lograr que el parabrisas nunca esté borroso, deberás ser constante con su empleo, pues no es un líquido permanente ni mucho menos mágico. Nuestro consejo es que lleves en el coche una botella bien cerrada con la citada mixtura de vinagre con agua y la uses siempre que lo necesites, aunque será mejor que te des cuenta antes de emprender la marcha. En caso contrario, detente lo antes que puedas y realiza dicha operación de forma controlada.