MÁXIMA ATENCIÓN A LOS DETALLES
La Dirección General de Tráfico o un ayuntamiento está obligado a proporcionarte estos datos para justificar su decisión de multarte. Si no lo hace correctamente, puedes recurrir y evitar la multa.
Las multas de tráfico son un clásico. Se trata de una de las maneras más efectivas de controlar el comportamiento de los conductores que, bien por miedo o por precaución, deciden tomarse las leyes de circulación al pie de la letra para reducir al mínimo las posibilidades de recibir una sanción. Dentro de las multas de tráfico, las más frecuentes son las que tienen que ver con el exceso de velocidad, con el uso del teléfono móvil o con la utilización de un vehículo que no está al día en términos de ITV o seguro.
Cualquier conductor es susceptible de recibir una multa, somos humanos y, como tal, en ocasiones podemos sufrir un pequeño despiste que termina con una multa a nuestro nombre. No es ningún drama y, simplemente, nos servirá para prestar más atención la próxima vez. Al recibir una multa, el infractor tiene dos opciones: abonar la cantidad en un plazo de 20 días naturales y aprovecharse de un descuento del 50% pero renunciando a su capacidad de recurrir o, si cree que la sanción no es justa o es errónea, presentar un recurso para intentar dejar sin efecto la sanción.
Una multa puede ser recurrida por muchas causas, siendo una de ellas la presencia de un defecto de forma en el boletín de denuncia o la no existencia de todas las pruebas necesarias y reglamentarias para que el agente de turno pueda sancionarte. Existe un truco que, de hecho, puede librarnos de más de una multa.
Si has recibido una multa de tráfico, una multa por un exceso de velocidad, debes saber que el organismo sancionador (la Dirección General de Tráfico en la mayoría de casos) está obligado a proporcionarte una serie de datos y pruebas para justificar su decisión. Entre los datos que deben figurar en el boletín de denuncia encontramos, por ejemplo, la hora, la fecha y el lugar exactos de la infracción, el tipo de aparato que ha detectado la infracción y, atención, dos fotografías en diferentes momentos del vehículo que ha cometido la infracción.
Es aquí donde se esconde el quid de la cuestión: la DGT suele adjuntar dos fotografías que, en realidad, son la misma pero con diferentes grados de ampliación. En ese caso, podrás recurrir y, con casi total probabilidad, ganar el recurso. Eso sí, ya sabes cuál es el mejor truco para las multas: que no te las pongan.