SE AVECINAN CAMBIOS EN POCO TIEMPO
Las Zonas de Bajas Emisiones comienzan a sernos familiares, y más que lo van a ser antes de que termine el año.
El concepto de Zona de Bajas Emisiones comienza a sonar en nuestra cabeza, a resultarnos familiar. Comenzamos a hablar de ello hace ya un tiempo, hace unos años, cuando los episodios de alta contaminación en las altas ciudades comenzaron a ser recurrentes. Poco a poco, impulsados también por la Unión Europea, se han ido produciendo diversos cambios normativos con el fin de acelerar la aplicación de estos nuevos escenarios.
Se llevaba tiempo hablando acerca de la implantación de ZBE en cualquier municipio con más de 50.000 habitantes e, incluso, en aquellos que con 20.000 habitantes o más tuvieran niveles de contaminación demasiado elevados. Esta “vara de medir” hace que más de 150 municipios de nuestro país tengan que diseñar y crear una Zona de Bajas Emisiones para su centro urbano, unas ZBE que ahora sabemos que “van a pisar el acelerador” para estar activas antes de que termine 2023.
[h3]Las ZBE llegarán antes de lo que pensamos[/h3]
Fue ayer cuando el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el director general de la DGT, Pere Navarro, y otros altos cargos presentaron la Estrategia de Seguridad Vial 2030 con la que se pretende reducir el número de víctimas mortales y heridos graves en carretera en un 50%, aplicando además una serie de novedades normativas con las que impulsar una movilidad personal más segura y sostenible.
Entre los anuncios que se realizaron ayer encontramos uno relativo a las Zonas de Bajas Emisiones, de manera que desde el Ministerio del Interior se va a impulsar la implantación de estas ZBE de manera directa e inmediata para que estén activas antes incluso de que termine 2022. ¿Qué supone esta medida?
Básicamente la única novedad es que las ZBE estarán activas antes de lo que inicialmente estaba previsto, pero sin ninguna modificación adicional: seguirán siendo los propios ayuntamientos los que impongan las restricciones que consideren adecuadas. De cualquier manera, los vehículos sin distintivo ambiental o con etiquetado B (amarillo) son los principales candidatos a comenzar el proceso de abandono de los centros de las ciudades, sobre todo si tenemos en cuenta que en ciudades como Madrid y Barcelona, donde ya existen y están activas las ZBE, los vehículos sin distintivo ambiental ya tienen restringido el acceso.
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