Desobedeció instrucciones

El capitán del buque accidentado en Gibraltar, acusado de siete infracciones

El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo explicó que, tras el choque, el capitán del barco, desobedeció las instrucciones de la Autoridad Portuaria del Peñón de detenerse y siguió la marcha asegurando que no tenía ningún daño.

En breve

Las autoridades gibraltareñas han acusado este miércoles formalmente al capitán del buque "OS 35", que el pasado 31 de agosto colisionó con otro buque y está varado en las aguas que rodean el Peñón, de siete infracciones, entre ellas, la de no tomar las medidas adecuadas para evitar el choque.

La Policía de Gibraltar ha informado de que "tras una exhaustiva investigación llevada a cabo por la Policía Real de Gibraltar a instancias de la Autoridad Portuaria de Gibraltar", ha formalizado acusaciones contra el capitán del buque a motor "OS 35", A.K., de nacionalidad siria y 53 años, de infracciones a leyes y reglamentos de la marina mercante.

Entre ellas de dos conductas que ponen "en peligro a buques, estructuras o personas" y producen "riesgo de colisión", contrarias a la Ley de la Marina Mercante y del Reglamento de la Marina Mercante de Gibraltar (Señales de socorro y prevención de abordajes en el mar). También le acusa de "no tomar las medidas adecuadas para evitar la colisión", con base en el Reglamento de la Marina Mercante de Gibraltar sobre señales de socorro y prevención de abordajes en el mar.

Le acusa de dañar "un lugar de reproducción de una especie animal europea protegida", contra la Ley de Protección de la Naturaleza, y de provocar daños a monumentos o edificios catalogados, en concreto a la Cueva de Gorham, contra la Ley de Patrimonio y Antigüedades. Días después del siniestro, el capitán del buque fue detenido por la Policía gibraltareña y puesto en libertad bajo fianza con posterioridad.

En declaraciones a la prensa, el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo explicó que, tras el choque, el capitán del barco, desobedeció las instrucciones de la Autoridad Portuaria del Peñón de detenerse y siguió la marcha asegurando que no tenía ningún daño. Una vez en el Estrecho de Gibraltar, reconoció que la entrada de agua en el buque era de tal magnitud que había riesgo de hundimiento, por lo que el buque fue finalmente dirigido a un punto donde el barco permanece encallado desde entonces.

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