Comienza la fiesta
Los pueblos se reivindican: no hace falta ir a la ciudad para vivir (y disfrutar) de la sexualidad en libertad
Barcenillas, en Cantabria, y Torremolinos, en Málaga, se han llenado este fin de semana de banderas del Orgullo, de amor y de reivindicación para recordar los derechos del colectivo LGTBI.
Un año más, las fiestas del Orgullo ya empiezan a inundar de color y manifestaciones una gran cantidad de ciudades. Pero también de pueblos, que han aprovechado este año para reivindicarse como centros llenos de vida y de apoyo a la libertad sexual. Es el caso de Cantabria, que celebra su primer festival Agro-Gay. Lo hace en Barcenillas, un municipio de poco más de 100 habitantes, con la firme voluntad de visibilizar la diversidad rural.
Todo el pueblo se ha volcado con el colectivo LGTBIQ+. Las celebraciones han comenzado con un tractor convertido en carroza con la enseña característica del movimiento que ha recorrido todo el pueblo. Poco después, la fiesta ha continuado en la plaza con muchas sonrisas, abrazos, besos y, en general, con mucho amor. Además, han contado con un DJ que ha ambientado la celebración de la libertad hasta bien entrada la noche.
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Y en Torremolinos también se ha vivido una enorme ola de fiesta, color y lucha en la manifestación del orgullo. Miles de personas han marchado por las calles de la localidad malagueña este sábado reivindicando los derechos del colectivo LGTBIQ+. Con este recorrido se pone fin a una intensa semana con todo tipo de actividades centradas en recordar la necesidad de seguir luchando para no perder derechos.
Con algún 'pero'
La Justicia ratifica que llamar "gilipollas" a un jefe no es motivo de despido
Así lo ha ratificado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). Eso sí, enfatiza que el insulto debe ser "concreto y aislado" en un contexto determinado, como el caso de un empleado al que le pidieron que se quedara a una reunión al terminar su turno.