El servicio es un desastre

Los clientes de 'La dulce Harleey' deciden pedir un kebab ante la tardanza: "Mientras bebamos, no hay problema"

Los clientes no esperan más a que salga la comida y deciden pedir un kebab. "Yo paso de estar esperando una hora para que me pongan de cenar. Pedimos un kebab, unas pizzas, nos las comemos y no pasa nada", explica.

Chicote llega para ver el primer servicio y lo primero que encuentra es a la dueña tomando un chupito con gente. "Que animado, ¿no?", comenta el chef a Serrucho, que le dice que por la tarde se suele calentar más. Viendo la recurrencia con la que se toman chupitos en el bar, el cocinero pregunta cuánto suele durar una botella de tequila. "Cinco minutos, las botellas de tequila vuelan", responden Elena y Serrucho.

"Tengo hambre, tío, ¿pedimos un kebab?", comenta a sus amigos un cliente impacientado porque no sale la comida. Tras la respuesta afirmativa de sus acompañantes pasa a pedir tres kebabs. Elena entra a la cocina para pedir que necesitan que salgan tres hamburguesas ya, a lo que Lola le responde que la plancha no da para más, mientras que en el comedor otra mesa se impacienta. "Son las cuatro, llevamos dos horas esperando, la gente comiendo y a nosotros es que ni siquiera nos han preguntado", se queja una clienta.

"Se han quejado ya no sé cuántos clientes por la tardanza. ¿Cómo tardáis tres horas en calentar un trozo de empanada hecho?", pregunta muy cabreada la camarera en la cocina, a lo que una de las cocineras le responde que no está ni en proceso de hacerse. "Trabajar con perros es más fácil que trabajar en 'La Dulce Harley', a los perros les intentas explicar o se lo cuentas y te lo entienden", expone Elena a cámara.

El chef empieza a escuchar el grito de chupito en mitad del desastroso servicio y sale a ver qué pasa. Serrucho le dice que se va a hacer el chupito Dulce Harley, que es un chupito de tequila, solo que la sal la chupas del cuello de alguien y el limón lo coges de la boca de esa misma persona.

Después del momento chupito, Chicote ve como llega un repartidor con kebabs para una de las mesas y llama a María. La propietaria se acerca a la mesa a preguntar qué está pasando y le contestan que llevan media hora esperando y tienen hambre. "Yo paso de estar esperando una hora para que me pongan de cenar. Pedimos un kebab, unas pizzas, nos las comemos y no pasa nada, mientras que bebamos, no hay problema", dice un cliente a cámara.

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