Entrevista en laSexta Columna
El hijo de José María Gil-Robles (CEDA) carga contra la Iglesia de 1933: "Era insoportable; nunca entendió lo que era el necesario progreso social"
Álvaro Gil-Robles, el hijo del que fue líder de la confederación de partidos católicos y de derechas, critica que en 1933, la Iglesia española "era insoportable y nunca entendió nada de lo que era el necesario progreso social del país".
La respuesta en contra del laicismo propuesto por el Gobierno de Azaña llegó muy pronto a través de las urnas, en una confederación de partidos católicos y de derechas que iba a marcar el siguiente bienio: la CEDA. "La CEDA fue una reacción organizada, estructurada, para defender los intereses de la Iglesia católica frente a todos los ataques que estaba sufriendo por parte de la legislación republicana del primer bienio", señala Ángeles Egido, catedrática de Historia Contemporánea de la UNED.
José María Gil-Robles, el líder de la CEDA, fue un malo malísimo para buena parte de la izquierda y un bueno buenísimo para su hijo, Álvaro Gil-Robles, quien defiende que su padre era un "profundo demócrata". Sin embargo, aunque considera "una torpeza de la izquierda" el que "se centraran exclusivamente" en el laicismo, reconoce que "tampoco ayudó mucho la Iglesia española, que era radicalmente insoportable en aquella época y nunca entendió nada de lo que era el necesario progreso social del país".
Mazón y el 'yo no he sido'
Ángel Munárriz, sobre la comida de Mazón: "Hasta el último valenciano sabe que estaba haciendo lo que no debía"
Como si estuviera inspirado por Homer o Bart Simpson, Mazón entonaba el 'yo no he sido' y aseguraba que en la gestión de la DANA "todo el mundo estaba donde tenía que estar". Sin embargo, para Ángel Munárriz, aquel almuerzo es "indefendible".