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INVERTEBRADOS MICROSCÓPICOS
La sonda espacial, puesta en órbita alrededor de la Luna, tenía estos animales microscópicos en su carga.
Los tardígrados son las criaturas más resistentes del planeta, capaces de sobrevivir en condiciones extremas que no existen en la Tierra. Son animales microscópicos que miden menos de un milímetro de longitud. Todos tienen neuronas, una boca abierta en el extremo de una probóscide retráctil, un intestino que contiene una microbiota y cuatro pares de patas no articuladas terminadas en garras, y la mayoría tiene dos ojos. Por pequeños que sean, comparten un antepasado común con artrópodos como insectos y arácnidos.
El 22 de febrero de 2019, se puso en órbita alrededor de la Luna una sonda espacial no tripulada. Beresheet iba a ser la primera nave espacial privada en realizar un aterrizaje suave sobre la superficie lunar. Entre la carga útil de la sonda había miles de tardígrados.
Pero nada salió como se esperaba. La sonda impactó de forma violenta contra la superficie lunar, lo que provocó que esta se hiciese añicos y sus restos quedaran esparcidos a unos cien metros de distancia. En cuanto a los tardígrados, todavía se desconoce si han sobrevivido o no.
Este hecho todavía plantea muchas incógnitas a día de hoy, tal y como explica Laurent Palka, profesor en el Museo Nacional de Historia Natural de Francia, en un artículo publicado recientemente en The Conversation.
Palka, especialista en el campo de la ecología del suelo y la ecología urbana, explica que la mayoría de los tardígrados "viven en ambientes acuáticos, pero se pueden encontrar en cualquier ambiente, incluso urbano".
"Son famosos por su resistencia a condiciones que no existen ni en la Tierra ni en la Luna. Pueden detener su metabolismo perdiendo hasta el 95% del agua de su cuerpo. Algunas especies sintetizan un azúcar, la trehalosa, que actúa como anticongelante, mientras que otras sintetizan proteínas que se cree que incorporan constituyentes celulares en una red amorfa 'vítrea' que ofrece resistencia y protección a cada célula", explica.
Según apunta Palka, para que estos tardígrados sigan vivos, en primer lugar tendrían que haber sobrevivido al impacto de la sonda. "Las pruebas de laboratorio han demostrado que especímenes congelados, viajando a 3.000 km/h en el vacío, sufren daños mortales al estrellarse contra la arena", asegura. "Sin embargo, sobreviven a impactos de 2.600 km/h o menos, y su "aterrizaje forzoso" en la Luna fue mucho más lento.
Por otro lado, a diferencia de la Tierra, la superficie lunar no está protegida de las partículas solares ni de los rayos cósmicos, en particular los rayos gamma, pero incluso aquí los tardígrados podrían resistir. En este sentido, "no pueden superar la falta de agua líquida, oxígeno y microalgas", por lo que "su colonización de la Luna es imposible".