DEJA HUELLA

No es casualidad: tu forma de ser puede depender del lugar en el que vives

El lugar donde vivimos podría influir nuestra forma de ser, pensar y de ver el mundo. Así lo explican los científicos.

Cada vez son más estudios los que apoyan la idea de que nuestra forma de ser podría estar ligada con el lugar donde vivimos.

De esta forma, científicos explican que la geografía está relacionada no solo con nuestros hábitos, sino también con nuestros rasgos de personalidad. La salud mental y la manera en la que percibimos e mundo podrían estar influenciados por el clima, la cultura local o la densidad de población de la zona en la que vivimos.

Un estudio publicado en Nature Human Behaviour vincula el entorno físico con cuatro dimensiones psicológicas: cognitivas, emocionales, personales y sociales. La investigación explica que vivir en zonas urbanas con mucha población puede aumentar la ansiedad o la irritabilidad. Sin embargo, los espacios verdes estimulan la calma y la empatía.

En regiones con climas cálidos y húmedos se incrementa la antipatía y del estrés, mientras que en aquellos lugares relacionados con la naturaleza, los niveles de bienestar son más altos. Incluso el contexto económico y político nos influyen.

De esta forma, el lugar donde crecemos no solo define nuestras costumbres o acento, sino que también moldea nuestra mente y nuestra forma de ser.

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