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ESTUDIO CIENTÍFICO
Los niños tienden a imitar a sus padres, y el sedentarismo también se copia. Se trata de un problema que afecta a nuestra salud, por lo que los adultos debemos educar con el ejemplo.
El sedentarismo es un estilo de vida que se caracteriza por la falta de actividad física, que tiene consecuencias negativas para nuestra salud como obesidad, diabetes o enfermedades cardiacas. Pero no es solo un comportamiento individual, sino que puede ser heredado.
Así lo ha demostrado un estudio de la Universidad Estatal de São Paulo, donde explican que los niños tienden a imitar la inactividad de sus padres. Esto refuerza un patrón que afecta tanto a adultos como a pequeños. Si los padres pasan mucho tiempo sentados, lo más probable es que sus hijos también lo hagan.
El estudio siguió a 182 niños y a sus padres durante una semana y reveló que, a pesar de que los padres decidieran moverse, los niños no siempre los seguían. Este patrón puede resultar en una brecha significativa respecto a las recomendaciones de la OMS, que sugieren 150 minutos semanales de actividad para adultos y 60 minutos diarios para los niños.
El sedentarismo infantil también está vinculado a la creciente exposición a pantallas y las rutinas familiares sedentarias. Las actividades en familia, como las comidas o los deberes, suelen estar asociadas a estar sentados.
Los expertos insisten en que la solución debe ser familiar y promover actividades conjuntas y limitar el tiempo frente a las pantallas es crucial para combatir este problema.