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PRIMER ESTUDIO LONGITUDINAL
Es la conclusión del primer estudio que no solo analiza una variable, también analiza diferencias a lo largo del tiempo.
Una de las preguntas más frecuentes de los científicos especializados en medicina, genética y evolución (y cuya respuesta cambia más e menudo) es a partir de qué edad comenzamos a ser viejos. De acuerdo con algunos estudios el secreto para una vida más longeva podría estar en la sangre o en la constancia al hacer actividad física. Solo hay un problema en este último apartado…
Hasta la fecha, la evidencia de una asociación entre la actividad física y la calidad de vida relacionada se ha basado principalmente en estudios transversales y ensayos controlados aleatorios a corto plazo. Pocos estudios longitudinales han medido la actividad física en más de un momento y examinado los efectos del ejercicio a largo plazo.
En un estudio transversal, los responsables realizan análisis con la misma variable y solo una vez. En la investigación longitudinal, en cambio, los científicos llevan a cabo un estudio utilizando diferentes variables a lo largo de un período de tiempo y luego analizan datos basados en dichos estudios. Esto hace que los estudios longitudinales sean mucho más fiables en cuanto a resultados, sobre todo a largo plazo y para un mayor universo. No que los longitudinales no sean fiables, solo que estos son más.
Ahora se ha publicado un nuevo estudio, el primero longitudinal, que señala que realizar actividad física constante durante la mediana edad se asocia con una mayor calidad de vida relacionada con la salud en las mujeres.
Para llegar a esta conclusión, un equipo liderado por Bin Nguyen de la Universidad de Sidney, utilizó datos reunidos en intervalos de tres años a partir de 1996 de 11.336 participantes en el Estudio Longitudinal Australiano sobre la Salud de la Mujer. Las participantes nacieron entre 1946 y 1951, por lo que tenían entre 47 y 52 años al inicio del estudio. Todas fueron clasificados en tres grupos de acuerdo a los siguientes parámetros: si cumplían las pautas de actividad física de la OMS (150 minutos de actividad a la semana) de manera constante durante el período de exposición de quince años, que no cumplían inicialmente las pautas, pero comenzaron a cumplirlas a los 55, 60 o 65 años, o si nunca las cumplieron.
La calidad de vida relacionada con la salud se evaluó utilizando la puntuación compuesta de salud física (PCS) y la puntuación compuesta de salud mental (MCS) de la Encuesta de Salud Short Form 36, que incluye 36 preguntas sobre salud funcional y bienestar.
Los resultados mostraron que, en promedio, las personas que cumplieron consistentemente con las pautas de actividad física y aquellos que comenzaron a cumplir con las pautas por primera vez a los 55 años tuvieron índices más altos en todos los ámbitos de salud física en comparación con aquellas que no cumplieron con las pautas de actividad física. El efecto de la actividad física en la puntuación de salud fue significativo incluso después de controlar los factores socioeconómicos y los diagnósticos de salud preexistentes. Sin embargo, no hubo una asociación significativa entre la actividad física y los indicadores de salud mental, algo que resulta sorprendente teniendo en cuenta la variedad de estudios al respecto.
"Combinado con la evidencia existente, este estudio contribuye a la creciente evidencia de los beneficios de mantener o adoptar un estilo de vida activo en la mediana edad – concluye el estudio -.Un importante mensaje de salud pública es que mantenerse activo durante tantos años como sea posible, incluso si las mujeres comienzan a cumplir con las pautas de actividad física a mediados de los 50, podría tener importantes beneficios para la salud física, especialmente en el funcionamiento físico. Nuestro estudio muestra que es importante que las mujeres sean activas durante la mediana edad para obtener los mayores beneficios para la salud física en la vejez. Idealmente deberían aumentar sus niveles de actividad para cumplir con las pautas a los 55 años".