¿Pueden tener formas y texturas los sonidos? Así funciona el efecto Kiki-Bouba

El lenguaje es un sistema de comunicación complejo que permite a las personas entenderse entre sí. De hecho, existe una relación entre los sonidos de las palabras y su forma geométrica. Parece lógico pensar que los sonidos se interpretan con el sentido del oído, pero se ha demostrado que la vista también está relacionada.

Sin duda, el efecto Bouba - Kiki es uno de los más curiosos del lenguaje porque las personas relacionan determinadas formas con palabras inventadas.

Si ves una figura redonda y una puntiaguda, ¿a cuál llamarías Bouba y a cuál Kiki? Seguro que has asociado la palabra Kiki a la forma puntiaguda y angulosa mientras que Bouba a la figura redonda. Si ha sido así, debes saber que no eres el único y que más del 98 % de las personas también lo asocian.

Esta relación parece aleatoria, pero tiene que ver con los fonemas de cada palabra. Las consonantes oclusivas, como la K o la T, tienen un sonido más explosivo, por cómo se articula. Además, las consonantes sonoras como B o la M producen sonidos más suaves y una posición de los labios más redondeada. Por ello, has asociado a Bouba con una forma redondeada y a Kiki con una forma puntiaguda.

Sin embargo, esto no solo ocurre con las consonantes, sino también con las vocales. Tampoco no se da solo con palabras invertidas, ya que en el día a día, también aparece reflejado en palabras malsonantes. Este tipo de palabras suelen incluir sonidos oclusivos que tienen demasiada fuerza, por lo que si piensas en palabrotas en español, seguro que se te ocurre algún que otro ejemplo.

Eso sí, no solo ocurre con el español, sino que este efecto está presente en cualquier idioma. Así que si tienes un amigo extranjero, no dudes en preguntarle si en su idioma también les pasa y que te ponga algún ejemplo.