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BIODIVERSIDAD
El aumento de estos invertebrados gelatinosos ha provocado el cierre temporal de numerosas playas del litoral ibérico.
Encontrar aguavivas en el Mediterráneo nunca ha sido complicado debido a las cálidas temperaturas del agua. No obstante, este año ha sorprendido el alto número de ejemplares, lo que confirma la tendencia: las medusas están proliferando. ¿Cuáles son los factores que explican su incremento en toda España?
El fenómeno es aún más extraño si tenemos en cuenta que el planeta está atravesando la sexta extinción masiva de su historia. Según un informe de Naciones Unidas, hay ya un millón de especies al borde del colapso en la Tierra. Sin embargo, las medusas no: prosperan en aguas contaminadas y con temperaturas altas.
Generalmente, necesitan para sobrevivir mares cálidos que sean ricos en plancton – su principal alimento que es capturado de manera pasiva por los tentáculos -. Estas condiciones, como se ha podido ver, han sido favorables en Baleares, Granada, Cádiz, Huelva, Almería y Málaga.
El preocupante factor humano
A pesar de que las poblaciones de medusas dependen de las variaciones en las condiciones oceanográficas como las mareas o el viento, se han publicado numerosos estudios que relacionan la actividad humana con este incremento. De hecho, el Ministerio para la Transición Ecológica de Españaresponsabiliza directamente a la sobrepesca y la contaminación de la invasión de estos animales marinos.
Los océanos están ardiendo
Los gases de efecto invernadero - provocados por la contaminación de la actividad humana – son atrapados por el océano ya que absorben el 93% de ese exceso de calor. A diferencia de otras especies marinas como el coral (que se encuentra lejos de sobrevivir al cambio climático), las medusas son capaces de prosperar en las aguas cada vez más calientes y con menos oxígeno.
A mayor temperatura menor porcentaje de oxígeno. Esto no es un inconveniente para las aguavivas, ya que los embriones y las larvas de estos animales se desarrollan aún más rápido bajo estas condiciones. Además, las temperaturas cálidas prolongan los periodos de reproducción de estas especies.
Fertilizantes y zonas muertas
Gran parte de los pesticidas y fertilizantes que se usan para la agricultura terminan en el mar. Cuando estos productos entran en contacto con el océano, las poblaciones de plancton y algas se disparan. Y es que, por extraño que sea, esta sobrepoblación de microorganismos y vegetación marina agota el oxígeno del agua, lo que provoca las famosas ‘zonas muertas’ donde la vida marina no puede triunfar. Ejemplo de este fenómeno es el desastre ecológico del Mar Menor de la pasada semana de agosto, de donde se tuvieron que retirar 4,5 toneladas de peces muertos.
Pero las medusas sí. Al necesitar muy poco oxígeno, estas zonas muertas se convierten en un bufé libre de plancton sin depredadores ni competencia. Según informó Smithsonian Magazine, el número de ‘zonas muertas’ se ha duplicado desde los años 60 y actualmente hay unas 500.
Sobrepesca
Por último, la sobrepesca supone otro factor clave en su proliferación en las playas españolas. Al eliminar las especies depredadoras de medusas como los peces luna, los peces ballesta o las tortugas marinas, las aguavivas van ascendiendo poco a poco en la cadena alimenticia. Además, no solo se elimina a los depredadores naturales, sino también a las especies competidoras por los mismos recursos, dejando a estos invertebrados gelatinosos errar por los océanos sin dificultad.
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