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Los hábitos alimenticios, la vitamina D y la higiene figuran como las claves que explican el crecimiento de alérgicos a nivel mundial. Te explicamos el porqué de este incremento y los 14 alérgenos más comunes.
Las alergias acompañan al ser humano desde los inicios de los tiempos, pero cada vez son más las personas que tienen reacciones alérgicas con distintos alimentos. Aunque parezca algo poco común, no eres el único, porque cada vez es más habitual que haya algún alérgeno que altere el sistema inmunitario. Si sufres de alergia, conocerás seguramente los molestos síntomas que se cuelan en el día a día, disminuyendo el rendimiento escolar de tu hijo o tu jornada laboral, entre ellos se encuentran los estornudos, lagrimeo, congestión nasal, picor, escozor en la nariz y ojos.
Más de un tercio de la población española tiene alergia a algún alimento, y esta cifra no para de aumentar en el mundo entero cada día. Te explicamos el porqué de este incremento.
El primero de ellos es la higiene. Ahora que hay menos gérmenes y parásitos en nuestro entorno, nuestro cuerpo deja de saber reaccionar ante partículas que antes eran inofensivas. Llevamos miles de años conviviendo con algunas bacterias benignas, pero con el aumento de la higiene cada vez más partículas han empezado a tener reacciones negativas en nuestro organismo. De hecho, si vives con mascotas tienes una ventaja y es que no padecerás apenas de alergias en comparación con una persona que no convive con perros y gatos.
Por otro lado, según un estudio científico publicado por Hooman Mirzakhani la alergia está relacionada con la cantidad de vitamina D que producimos. Cada vez pasamos menos tiempo al sol y más tiempo en casa o en una oficina trabajando, por lo que esto repercute en las tasas de alergia alimentaria. De hecho, la deficiencia de vitamina D es frecuente en todo el mundo y explica los aumentos de asma y enfermedades alérgicas producidas en los últimos 50 años.
Por último, aunque haya cada vez más personas con alergias, hay solamente 14 alérgenos principales. Los más comunes son la soja, las semillas de sésamo, pescado, mostaza, moluscos, marisco, leche, dióxido de azufre, cereales con gluten, apio, altramuces, los cacahuetes, los huevos y las nueces, que provocan diferentes grados de reacción en el sistema inmunológico.
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