EN LAS ISLAS CANARIAS
La Graciosa es la isla más grande del Archipiélago Chinijo y la octava de las Islas Canarias.
Si el paraíso existe, sus coordenadas podrían ser 29°15′07″N 13°30′29″O. Aquí se encuentra La Graciosa, la octava maravilla del archipiélago canario. Un remanso de paz de 29 kilómetros cuadrados que es en su totalidad un Parque Natural.
Sin autopistas, sin ruido, sin polución… La Graciosa es el destino perfecto para aquellos viajeros que busquen escapar del mundanal ruido y del ajetreo de la gran ciudad. En la más pequeña de las Islas Canarias se vive a otro ritmo, pero porque así lo exige el entorno: volcanes de colores, fondos marinos de postal y pequeñas calas de ensueño que harán las delicias de los amantes de la naturaleza.
Para llegar hasta aquí solo existe un camino, y es desde la vecina Lanzarote. En la localidad costera de Órzola zarpan a diario pequeñas embarcaciones hacia este tesoro escondido. Recorrer los siete kilómetros que separan ambas costas es como viajar en el tiempo.
Las poco más de 700 personas que habitan esta tierra viven en total armonía con la naturaleza. Por eso, en la isla no es posible encontrar una gota de asfalto o estructuras como puentes, incluso ni para conectar sus dos únicos núcleos de población, Caleta de Sebo y Pedro Barba. Por motivos conservacionistas, los desplazamientos se realizan a través de caminos de tierra y senderos que recorren con delicadeza el paisaje, y que permiten disfrutarlo sin ningún tipo de prisa.
Aquí lo natural es moverse en bicicleta o dando un paseo, ya que de punta a punta solo hay unas dos horas, aunque también existen algunos taxis todoterreno que permiten explorar la isla cómodamente. Por razones prácticas, algunos vecinos también disponen de coche, pero el Consistorio fomenta el uso de vehículos eléctricos. Aun así, La Graciosa conserva virgen más de un 90% de su territorio, uno de los pocos reductos de verdadera paz que quedan en el viejo continente.
Parte de un tesoro mayor, el Archipiélago Chinijo
La Graciosa forma parte de una Reserva Natural Integral de gran valor desde el punto medioambiental, el Archipiélago Chinijo. Esta zona, que también incluye los islotes de Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este y Roque del Oeste, así como una parte de la zona norte de Lanzarote, cuenta con auténticas maravillas.
En la isla sin asfalto, sin ir más lejos, se encuentra la Montaña Amarilla, un volcán de unos 170 metros de altura y a cuyos pies se encuentran algunas de las playas más célebres de esta zona de la costa. O al otro extremo, como si de rivales se tratara, la Montaña Bermeja, otro conjunto volcánico con increíbles vistas y un exclusivo acceso a las indómitas aguas de Las Conchas.
Una autopista, pero para cetáceos
No toda la belleza está en tierra. Los más de 700 kilómetros cuadrados que abarcan las aguas del Archipiélago Chinijo forman la mayor reserva marina de toda la Unión Europea. Con varias Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), aquí es fácil ver aves marinas como el halcón Eleonora o el águila pescadora. Y si nos sumergimos un poco, aparece un mágico entorno con más de 228 tipos de peces y la mayor diversidad de algas de todas las Islas Canarias. Un auténtico paisaje bajo el mar del que también disfrutan diferentes especies de delfines, rorcuales, calderones, orcas y cachalotes, especialmente en sus épocas de migración.
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