PARA SENTIRNOS COMO AUTÉNTICOS NIPONES
Japón es un país único con una cultura ancestral muy diferente a la nuestra. Tanto, que algunos de sus atractivos se han convertido hoy en experiencias que solo se pueden vivir en el País del Sol Naciente. Estas son algunas de ellas.
1. Aprender la ceremonia del té
La ceremonia del té es conocida también como el camino del té, un ritual que consiste en preparar y ofrecer té verde a los invitados. Y forma parte de la filosofía sobre agasajar y compartir el momento con los presentes. Esta práctica, muy popular durante el periodo del gobierno samurái, hoy se puede aprender en clases y talleres en las escuelas más grandes de las artes tradicionales, incluso en algunos hoteles. Y también se puede asistir como invitado en numerosos establecimientos. La ceremonia se caracteriza por los movimientos y el protocolo a seguir según el tipo de té, y tiene su origen en el budismo zen.
2. Alojarse en un ryokan y disfrutar de un onsen
Los ryokan son los alojamientos tradicionales japoneses y nos acercan al antiguo modo de vida de la cultura de Japón. En los hoteles ryokan las habitaciones son grandes estancias con suelos de tatami fabricados con paja de arroz y puertas correderas. La habitación principal, con una mesa y sillas bajas como único mobiliario, hace las veces de dormitorio, donde el personal del establecimiento extiende el futón antes de que anochezca. En estos alojamientos la costumbre es ponerse el yukata, una vestimenta tradicional, tanto para estar en la habitación como para pasear por el hotel. Se trata de un kimono ligero de algodón que se complementa con el tradicional calzado japonés, las sandalias de madera geta. Ponerse el yukata forma parte de algunas normas de los ryokan, reflejo también del estilo de vida nipón.
La gastronomía de este tipo de alojamiento está basada en los productos locales y en platos tradicionales japoneses. Además, la mayoría de estos establecimientos cuentan también con un onsen, baños termales, donde hombres y mujeres se bañan por separado. Una experiencia relajante que tiene también un protocolo muy particular, entre otras cosas no se permite el uso de bañador ni ningún otro tipo de traje de baño, y hay que enjabonarse y ducharse antes de entrar en las bañeras de agua termal.
3. Pasar la noche en un templo budista o en un alojamiento Shukubo
Alojarse una noche en un templo budista es una experiencia perfecta. Una forma de experimentar en primera persona la vida y los rituales de los monjes budistas. En algunos templos autorizan incluso que puedas asistir como invitado a la meditación Zazen, la meditación sentada, y a las oraciones matinales, mientras que en otros solo ofrecen habitaciones de pago.
También se pueden realizar actividades como el shakyō, que consiste en copiar manuscritos de sutras con tinta y pincel. Pero uno de los grandes atractivos es la degustación de la cocina japonesa vegetariana de los monjes, el Shojin-ryori.
Eso sí, hay algunas normas como respetar los horarios del templo: la cena es a las 17:30 o a las 18:00 horas, hay que irse a dormir a 21:00 horas y hay que despertarse a las 05:00 horas, a la vez que los monjes.
Uno los lugares más destacados para disfrutar de esta experiencia es el Monte Koya, que además de contar con numerosos alojamientos de este tipo, es una zona de gran belleza natural.
4. Divertirse en un matsuri
En cada estación se celebran por todo el país numerosos festivales relacionados con la historia de Japón, la cultura, la danza o la naturaleza, entre otros. Los matsuri, son festivales japoneses en los que se combinan rituales solemnes con un ambiente festivo y divertido. Matsuri hay en todas las regiones del país, y durante todo el año, pero, sobre todo, en verano, en los que los fuegos artificiales son los protagonistas. Son gratuitos y se convierten en la ocasión perfecta para conocer desde dentro la cultura japonesa más tradicional.
Los más importantes son: el de Sapporo Yuki Matsuri, el festival más grande de nieve y hielo donde verás grandes obras esculpidas en hielo; el de Aomori Nebuta Matsuri, que reúne a más de 3 millones de visitantes con ganas de contemplar las bellas carrozas de papel; el de Akita Kantō Matsuri, famoso por el desfile de Kantō, un palo de bambú con ramas transversales de las que cuelgan 46 lámparas; o el de Gion Matsuri, el festival más importante de Kioto, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, en el que verás un desfile de carrozas tradicionales decoradas con antiguos tapices y telas.
5. Convertirse en ninja, samurai o maiko por un día
Vestirse como un samurái, convertirte en un ninja y aprender algunas de sus habilidades, recorrer Kioto o Kanazawa vestida como una maiko, vamos, como una aprendiz de geisha, son solo algunas de las experiencias que te van a permitir mimetizarte con algunas de las figuras más destacadas de la historia de Japón.
Por todo el país hay establecimientos que te ofrecerán el alquiler del disfraz, y que además incluyen en el alquiler una divertida sesión de fotos, para que te lleves un recuerdo genial a casa.
Además, en la ciudad ninja de Iga y en el pueblo Ninjutsu de Kōka podrás visitar museos, casas de ninjas con numerosos rincones secretos, y también podrás realizar actividades al aire libre de saltos y lanzamiento de shuriken, la cuchilla arrojadiza japonesa que normalmente tiene una forma estrellada. ¿Te atreves a probar?
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