LUGARES MÁGICOS
Otoño es la época perfecta para disfrutar de nuestros bosques, antes del frío invierno y de la ebullición de la primavera. Descubre cuáles son los bosques con más encanto de España.
La riqueza de paisajes que tiene España lo convierte en un país único para explorar en cualquier época del año más allá del verano. Una vez superada la vuelta de vacaciones que a muchos nos toca vivir en septiembre, con la llegada de octubre y del otoño se nos abre un abanico de posibles escapadas ideales para esta temporada.
Uno de los planes más recomendables es ver de primera manos los auténticos colores del otoño y sentir el frescor del aire en los bosques que tenemos en nuestra geografía.
National Geographic ha elaborado una lista con los bosques más mágicos de España para sumergirse en la tranquilidad de los pueblos y conectar con la naturaleza.
Con 9000 hectáreas de robles, chopos, fresnos, alisos, avellanos, helechos y líquenes de decenas de variedades, este bosque de clima atlántico es uno de los mejor conservados de Europa. A lo largo de sus caminos de toparás con construcciones como ermitas y puentes mimetizados con el entorno.
En plena montaña asturiana, Somiedo se destaca por sus hayas, robles, fresnos, arces, tejos o abedules. Este paraje es uno de los principales hábitats de osos en toda la Cordillera Cantábrica. En el Principado también podemos visitar el magnífico Robledal de Muniellos.
Ubicado entre Vizcaya y Álava, y considerado como uno de los más bonitos del mundo, este entramado de vegetación es uno de los referentes del montañismo vasco y su punto más alto alcanza los 1.482 metros de altitud. Cuenta con una variedad de zonas de rocas escarpadas, suaves de pastos o bosques de hayedos y robledales, así como ecosistemas húmedos, por ejemplo los humedales de Altube y la antigua turbera de Saldropo.
Visitar la selva de Irati entre los meses de octubre y noviembre permite disfrutar de un bosque teñido de naranjas, rojos y ocres. Su masa forestal está considerada como una de las mejores conservadas de Europa y es un destino fantástico para los amantes de la naturaleza. Sin salir de la región, encontramos el bosque de Quinto Real y sus frondosos hayedos que se extiendes al sur del collado de Artesiaga, entre el valle de Baztán y el de Esteríbar.
En la parte norte del Sistema Ibérico y con más de 80 km señalizados, surge este enclave privilegiado por las formaciones glaciares en altitudes superiores a los 2.000 metros y por debajo de la alta montaña predominan los extensos bosques de pino silvestre, haya y roble rebollo.
En el Parque Nacional de Ordesa se puede hacer excursiones al Tozar del Mallo, a la Cascada del Estrecho, las Gradas de Soaso, el Bosque de las Hayas o la cascada Cola de Caballo. En estos bosques hay una ampla variedad de fauna, así como de bonitos pueblos de montaña. En la provincia aragonesa también puedes disfrutar de la Selva de Oza.
Probablemente, el hayedo más fotografiado de Cataluña, y uno de los mejores para explorar debido a la amabilidad de su geografía y que le encantaba al ilustre poeta catalán Joan Maragall. En la misma provincia se sitúa el bosque de Fageda de les Roques Encantades Santuario, encaramado en una imponente cornisa con vistas al Pirineo.
Dos magníficos bosques cercanos a Madrid. En el de El Tiemblo puedes pasear por sus castaños, mientras que en el de la Pedrosa o de Riofrío de Riaza, y ubicado en el macizo de Ayllón, puedes seguir el cauce del río Riaza, afluente del Duero.
Este hayedo es uno de los más meridionales de Europa y cuenta con profundos barrancos en los que habitan el águila real, el azor o el milano real. Forma parte del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara y es una de las escapadas más cotizadas por los madrileños en otoño.
A lo largo de un sendero de 3,6 km en Segura de Toro, puedes descubrir cinco castaños monumentales de más de seis siglos.
La Sierra de las Nieves, Parque Nacional desde 2021, destaca por su riqueza botánica de hasta 1.500 tipos de plantas, 19 de ellas exclusivas del ámbito rondeño. Su principal protagonista es el pinsapo, un abeto mediterráneo, reliquia botánica que tiene sus únicos reductos en estas sierras y su entorno.