PASAJEROS AFECTADOS
Una pareja de pasajeros que viajaba a Singapur ha recibido una indemnización de 1.300 euros por tener que soportar los pedos de un perro durante un vuelo en primera clase. "Espero bebés o niños, pero no espero un perro", dicen.
Últimamente estamos viendo muchas noticias de incidentes que ocurren dentro de los aviones y que cuentan los propios pasajeros en redes sociales, como por ejemplo el hombre que se vio afectado por la diarrea en pleno vuelo.
Y ahora queremos contaros lo que le ocurrió a unos pasajeros que volaban en primera clase sentados junto a un perro. Los protagonistas de esta historia son Gill y Warren Press, una pareja de Nueva Zelanda que se subió a un vuelo de 13 horas desde París con destino Singapur el pasado mes de junio.
Sin embargo, el vuelo no salió como esperaban. Pues, tal y como cuenta el medio TMZ, la pareja iba sentada junto a un perro cruce bulldog que tenía problemas de flatulencias y su dueño. Cuando la paciencia se les agotó y no pudieron aguantar más al lado del perro, pidieron a la tripulación que les cambiaran a clase turista. Además, el perro no solo tenía problemas de gases sino que, tal y como explicó la pareja, no paró de resoplar ruidosamente durante el viaje.
La pareja estuvo bastante tiempo negociando con Singapore Airlines, la aerolínea con la que viajaban, hasta que consiguieron una indemnización de 1.400 dólares (unos 1.300 euros al cambio) por las molestias causadas. La pareja decidió donar el dinero a una organización de perros guía en Nueva Zelanda.
Por otro lado, los pasajeros aseguraron al medio anteriormente citado que quieren que en sus próximos vuelos se les avise de si van a compartir asiento con algún animal: "Espero bebés o niños, pero no espero un perro".