A dog of Flandes
A dog of Flandes (Un perro de Flandes) es una de las novelas más conocidas de los últimos tiempos. Fue escrita en el año 1872 por la reconocida autora inglesa Marie Louise de la Rameé, aunque fue publicada con el seudónimo de Ouida. En esta historia conocemos a Nello y a su perro, llamado Patrasche. Está ambientada en la ciudad de Amberes (Bélgica), en el siglo XIX.
Nello, con tan solo dos años, se quedó completamente huérfano. Es entonces cuando Jehann Daas, su abuelo que vivía en una aldea cercana a la ciudad belga, se quedó a su cargo. Tan solo unos años después, tanto Nello como Jehann se encontraron a un perro prácticamente moribundo. Fue apaleado hasta llegar a estar cerca de la muerte.
Por ese mismo motivo, decidieron acogerle y así cuidarle. ¿Qué nombre le pusieron? Nada más y nada menos que Patrasche. Gracias a los buenos cuidados, el perro logró recuperar la salud. Es entonces cuando tanto Nello como el pequeño perro se hicieron tan amigos que llegaron a ser inseparables.
Eran muy pobres, por lo que Nello tenía que ayudar a su abuelo en el reparto de leche. ¡Pero también ayudaba Patrasche! Puesto que era el que ayudaba a tirar del carro. En uno de esos días, el joven se enamoró de Aloise, hija de Nicholas Cogez, uno de los hombres más acomodados de la villa. No le gustaba, por tanto, que su hija tuviese un novio con pocos recursos.
Nello, a pesar de ser analfabeto, tenía un don para el dibujo. Por ese motivo, participó en un concurso en Amberes cuyo premio eran 200 francos. A pesar del esfuerzo, no ganó. Por si fuera poco, Nicholas decidió acusar a Nello de ser el culpable de un incendio en una de sus propiedades. Además, tan solo unos días después, el abuelo del acusado fallece.
La situación del joven se torna cada vez más triste, dura y desesperada. No tiene ningún sitio a donde ir. Pensó en la catedral de Amberes para observar los cuadros de ‘La elevación de la Cruz’ y ‘El descendimiento de Cristo’ de Rubens. Aun así, esas exposiciones eran exclusivas para quienes pagasen por verlas y él no tenía ni una moneda.
Es entonces cuando en Nochebuena, tanto Nello como su perro fueron hasta allí para encontrarse con la entrada abierta. A la mañana siguiente, tristemente, los dos fueron encontrados muertos por congelación. Abrazados. Una clara muestra de amistad que va más allá de lo racional.
Es por ese mismo motivo que en Hoboken, en Amberes, podemos descubrir una pequeña estatua que representa a Nello y Patrasche. Además, existe una placa conmemorativa justo enfrente de la catedral de la ciudad belga. Más tarde, se reemplazó por una estatua de mármol de los dos personajes, con una manta de adoquines sobre ellos. El artista que creó esta obra fue Batist Vermeulen, uno de los más reconocidos.