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La primera ciudad europea que ha prohibido el uso de las maletas de ruedas

Una ciudad de Croacia ha prohibido el uso de las maletas de ruedas en su casco histórico y los turistas que se alojen allí tendrán que cargar con ellas a cuestas sin poder arrastrarlas. Te contamos todo lo que sabemos al respecto.

A la hora de viajar, ya sea en tren o en avión, una de las cosas más importantes cuando estamos haciendo la planificación es preparar la maleta, sobre todo si vamos a pasar por el aeropuerto. Recientemente te contábamos que AENA confirmaba un nuevo control en los aeropuertos españoles para poner fin a la norma de los líquidos, algo que nos ahorrará mucho tiempo a la hora hacer el equipaje y pasar por seguridad.

En cuanto a maletas, hay muchos tipos, más grandes, más pequeñas o con ruedas. Ahora un país europeo ha decidido ser el primer en prohibir el uso de las maletas de ruedas, pero... ¿por qué? ¡Te lo contamos!

Se trata de Dubrovnik, una ciudad de Croacia, y la medida impuesta ha venido de la mano del Ayuntamiento y del Consistorio. Según el alcalde de la ciudad, Mato Franković, esta medida se implementó ya "desde este verano" y los turistas deberán cargar con el equipaje de mano cuando pasen por las calles del casco antiguo.

Esta normativa tiene como objetivo proteger la calidad y bienestar de vida de sus ciudadanos ya que las maletas de ruedas provocan contaminación acústica en su casco antiguo y no se podrán arrastrar por el suelo en esta zona. De esta forma, su prohibición no es total, sino que los turistas tendrán que llegar hasta su alojamiento con las maletas a cuestas, sin arrastrarlas.

Mochila y maleta para avión | iStock

El alcalde indicó a los medios locales que esta medida se ha puesto en marcha tras las quejas de los vecinos que viven en el centro histórico y no pueden dormir. Por otro lado, los hoteles ya están ofreciendo un servicio de traslado de equipaje para los turistas.

No es la primera ciudad pionera en una de estas normativas, pues hace unos meses la ciudad se convirtió en uno de los primeros destinos turísticos de Europa en poner limitación al número de cruceros que llegaban a sus costas.