Torre del Oro, cal y paja
La Torre del Oro de Sevilla es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. ¿Quieres descubrir una serie de curiosidades que probablemente no sabías?
La Torre del Oro es uno de los grandes emblemas de la ciudad de Sevilla. Bien es cierto que muchos son los turistas que se esperan una torre de grandísimas dimensiones similar al Big Ben de Londres. Luego se ven sorprendidos al apreciar sus 36 metros de altura. Debemos tener en cuenta que es algo más de un tercio de lo que mide la Giralda, que cuenta con unos 94,69 metros.
Lo que es un hecho es que la Torre del Oro, que desde 1944 alberga un Museo Naval en su interior, tiene una belleza espectacular al encontrarse junto a la orilla del río Guadalquivir. Además, también tiene la Real Maestranza de Caballería y la Giralda a sus espaldas. Es un hecho que sientes una gran emoción cuando ves esta torre de noche, desde el mismo Puente de San Telmo. Ahora bien, ¿sabías estas curiosidades?
Se trata de una torre albarrana
Guarda este nombre porque formaba parte de un recinto completamente fortificado con el que estaba verdaderamente comunicado. ¿Qué función tenía? Defender, principalmente, la ciudad. Uno de los edificios que tiene estas mismas características en la ciudad de Sevilla es la conocida como Torre de la Plata.
¿Por qué se le dice “De Oro”?
Dicen que este nombre se debe a ese brillo dorado que reflejaba la torre sobre el río Guadalquivir. En la restauración que tuvo lugar en el año 2005 se llegó a descubrir que este brillo, que se atribuyó al revestimiento de azulejos, tenía un motivo. Se debía a la mezcla de mortero de cal y paja prensada. ¡Nada más y nada menos!
La torre tiene tres cuerpos
Están perfectamente diferenciados y cada uno de ellos ha sido construido en un periodo completamente distinto. El primero de esos tres cuerpos se construyó entre los años 1220 y 1221 tras la orden dada por Abù l-Ulà, el que era gobernador almohade de Sevilla. El segundo cuerpo llegó en el siglo XIV, tras la obra de Pedro I el Cruel. Finalmente, esa tercera parte se construyó en el año 1760 por Sebastián Van de Borcht.
Una torre que casi se destruye
No es ningún secreto que la Torre del Oro atravesó un gran número de complicados momentos históricos. Uno de los más críticos, sin duda, fue la Revolución de 1868. Uno de los revolucionarios no dudó un solo segundo en demoler todos los lienzos de las murallas. Por si fuera poco, les pusieron en venta. Los hispalenses se opusieron en todo momento y, gracias a eso, no se llegó a destruir en mil pedazos.
Una Torre con una hermana en Portugal
El pasado 13 de agosto de 1992, año en el que se celebró la Exposición Universal en la ciudad de Sevilla, la preciosa Torre del Oro se hermanó nada más y nada menos que con la Torre de Belem, ubicada en la ciudad lusa de Lisboa. Una unión que, a día de hoy, sigue más fuerte que nunca.