ESCOCIA
Pequeño y pintoresco e ideal para usarlo como punto de partida de diferentes excursiones. ¿Te vienes a descubrirlo?
La isla de Skye, en Escocia, es bastante conocida. Sin embargo no lo es tanto Plockton, un pequeño y hermoso pueblo pesquero que sirve de entrada a la misma. Es diminuto y tiene apenas una calle que se dirige al mar, pero es un lugar perfecto para pasar allí varios días. Y es que puede que de primeras no lo parezca, pero no solo esconde muchos atractivos sino que es el punto de salida idóneo para muchas excursiones.
Plockton no llega a 500 habitantes, es tranquilo y está situado a orillas del lago Carron. Protegido por montañas y colinas, se trata de un pueblo resguardado del viento y de clima templado, lo que se traduce en que es un destino perfecto en cualquier época del año.
Sus casitas están orientadas hacia una bahía y son tan pintorescas que te costará dejar de fotografiarlas. Forman una hilera casi perfecta y ni siquiera los coches aparcados en las puertas logran estropear la estampa. Algunas tienen delante jardines verdes con muchas flores y palmeras. Otras, barquitas de pescadores blancas, amarillas, naranjas.
Plockton está lleno de vida y, al mismo tiempo, da la sensación de que el tiempo allí se detiene. Lo que no se paran son las excursiones en barco organizadas por los propios pescadores, quienes saben muy bien a dónde dirigirse para que los turistas tengan el placer de ver focas en libertad.
Además de estos animales salvajes, lo que también puede verse en una excursión en barco desde Plockton es el islote en el que se inspiró J. M. Barrie para inventar el país de Nunca Jamás de Peter Pan. Algo que no resulta para nada extraño, pues el entorno de este pueblo marinero es verdaderamente bello.
Por supuesto, hay mucho más que hacer allí. Por ejemplo, salir a navegar en kayak o ir a bailar a algunos de los pubs que hay en el pequeño pueblo. Porque pese a sus dimensiones reducidas, Plockton tiene espacio suficiente como para contar con una cafetería, una tienda de comida, un restaurante, un quiosco, una tienda de artesanías, algún que otro alojamiento turístico y, por supuesto, bares musicales.
Además, tal y como hemos dicho, sirve como punto de partida para diferentes excursiones. Por ejemplo, se puede ir desde allí hasta la isla de Skye. Pero también puede visitarse, entre otras cosas, el castillo de Duncraig, que data del siglo XIX.