CASTILLOS
El Castillo de Craigmillar, conocido como “el segundo castillo de Escocia”, tiene una estrecha vinculación con la Reina María I de Escocia. ¡Descubre su historia!
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la ciudad escocesa de Edimburgo, donde encontramos un gran número de edificaciones que no dejan indiferente a nadie. Uno de los que llama más la atención es, sin lugar a dudas, el llamado Castillo de Craigmillar, también denominado “segundo castillo de Edimburgo”.
Para conocer su historia debemos mencionar a la familia Preston. Ellos eran los propietarios de las tierras en las que se erigió una residencia fortificada a principios del siglo XIV. No es ningún secreto que Sir Simon Preston era defensor de María I de Escocia y que además formaba parte de un grupo de lo más selecto: el Consejo Privado de la reina.
El edificio más antiguo de este Castillo que podemos encontrar en la actualidad es la torre con forma de L y está en buen estado de conservación. Debemos tener en cuenta que, con el paso de los años, tanto la familia Preston como con posterioridad la familia Gilmour realizaron una serie de modificaciones sobre este castillo.
Su objetivo era, sobre todo, ampliarlo. El siglo XVIII fue clave en la historia de esta construcción, ya que fue abandonado y, por tanto, terminó en ruinas. Por fortuna, en la actualidad, el estado de conservación es bastante óptimo y, gracias a esto, podemos hacernos una idea de cómo vivía la nobleza escocesa por aquel entonces.
Debemos tener en cuenta que la reina María I de Escocia, por su estrecha relación con la familia Preston, pasó muchas temporadas en el Castillo de Craigmillar. Era el lugar perfecto para descansar y alejarse de los problemas de la corte. Pero esa no es la única vinculación que tiene este castillo con la Reina.
Un claro ejemplo lo encontramos en la figura de Lord Darnley, su segundo marido. A éste no le tembló el pulso a la hora de conspirar para acabar con la vida de David Rizzio, secretario privado de la Reina. Debido a esta circunstancia, ella no dudó en refugiarse en el Castillo de Craigmillar.
¡Pero no todo queda ahí! Ese mismo año, el Conde de Bothwell (quien se convertiría tiempo después en el tercer marido de María I de Escocia) y diversos nobles firmaron el llamado Pacto de Craigmillar. Un pacto por el que, tan solo unos meses más tarde, acabaron con la vida de Lord Darnley.
El Castillo de Craigmillar, a través de sus características
Para comenzar, debemos saber que su imponente torre del homenaje no solamente cuenta con 17 metros de altura, sino que sus muros tienen nada más y nada menos que 3 metros de grosor. En ella encontramos diversos habitáculos, entre las que destacan el Gran Salón, pero también la que se conoce como “Habitación de la Reina María”. Y es que parece ser que ese es el lugar en el que se alojaba cada vez que se trasladaba a este Castillo.
Si hay algo que llama la atención de este palacio es que las habitaciones están comunicadas de tal manera que parece un laberinto. De hecho, podemos encontrar hasta una mazmorra. En ella, allá por el año 1813, se encontró nada más y nada menos que un esqueleto perfectamente emparedado.
El patio interior, en realidad, es uno de los puntos fuertes del Castillo de Craigmillar, por la simbología que hay detrás. No solamente encontramos el escudo de la familia Preston sino que también un precioso árbol junto a la puerta. Éste sustituye a uno de los que María I de Escocia plantó pero que, desafortunadamente, hace tan solo unos años se tuvo que talar.
No puedes dejar de visitar el fantástico estanque en forma de P (por el apellido de la familia Preston), que se encuentra en la parte trasera de esta construcción. Otro de los grandes secretos se encuentra al bajar la escalera de caracol, ya que encontrarás unas impresionantes bodegas. Para finalizar, te recomendamos que te dejes llevar por la magia que desprende su capilla y por lo peculiar que es su palomar, de origen medieval. ¡Desde luego que este Castillo de Craigmillar no te dejará indiferente!
...
También te puede interesar...
Isla de Pladda, una isla privada en Escocia se vende por el precio de un piso en Edimburgo