BOLIVIA
Ponemos rumbo a la Villa Imperial de Potosí, en Bolivia, para conocer el origen de Casa Nacional de Moneda.
Viajamos a Bolivia, concretamente hasta la histórica ciudad de Potosí. Allí nos topamos con un gran número de monumentos y construcciones, como es el caso de la Casa Nacional de la Moneda (CNM), situada en el corazón de esta Villa Imperial y testigo de una historia verdaderamente impresionante. Entre otras cuestiones, porque la legendaria riqueza del Cerro Rico se transformó en monedas que circularon por todo el imperio español.
Para conocer su origen debemos conocer una leyenda, que asegura que el inca Huayna Cápac, padre de Huáscar y Atahuallpa, fue la primera persona en llegar a Potosí en 1462, con la firme intención de explotar los yacimientos de plata del Cerro Rico. A pesar de que el rey de los indígenas ordenó el comienzo del trabajo, lo cierto es que, cuando se inició esta labor, se escuchó una fuerte explosión.
Asustados por lo sucedido, los indígenas dejaron de trabajar y, entre ellos, utilizando vocablos aymara y quechua, aseguraron que “la montaña hizo ‘potoc’”. Con posterioridad, a los españoles se les complicaba pronunciar las lenguas nativas, por lo que el nombre pasó a ser Potosí. Debido a la cantidad de plata que se extraía, la ciudad se convirtió en todo un símbolo de riqueza y opulencia desmedida. De hecho, de este lugar surgió la expresión “vale un Potosí”, para definir algo de gran valor.
El hallazgo y posterior explotación de la plata del Cerro Rico hicieron que Potosí se convirtiera en uno de los principales motores económicos del siglo XVI. Así pues, debido al crecimiento acelerado de la actividad minera, se generó una dinámica comercial sin precedentes. Tanto es así que exigía mecanismos eficientes para ordenar pagos, salarios y hasta intercambios.
En este contexto, aproximadamente en 1572, se erigió la Real Casa de la Moneda de Potosí, siendo la primera ceca construida en la Villa Imperial. Esta edificación comenzó a erigirse en la actual plaza 10 de noviembre, bajo la dirección de Jerónimo de Leto, alarife potosino. Desde sus inicios, esta Casa de Moneda cumplió un importantísimo papel en la economía colonial.
No podemos dejar de mencionar que la plata potosina, con posterioridad, se convertía en moneda. De hecho, el proceso de acuñación se realizaba de una forma rudimentaria: las monedas (macuquinas) eran fabricadas a golpe de martillo, por lo que las piezas eran irregulares y vulnerables a la falsificación. Un método que se realizó durante más de dos siglos. Con el paso del tiempo, debido a que estas falencias fueron un problema para las autoridades coloniales, optaron por encontrar opciones más seguras y modernas.
Tras más de 200 años de funcionamiento de la primera construcción, la Corona decidió modernizar la producción de monedas, dejando atrás las macuquinas. Por lo tanto, se proyectó un nuevo edificio. Es más, la actual Casa de la Moneda, en realidad, es el segundo inmueble cuya construcción se inició en 1759 y terminó en 1773.
Estamos ante la obra arquitectónica más importante de las erigidas por los españoles en la zona de América y el Caribe y llama poderosamente la atención por su solidez y su monumentalidad. Consta de cinco patios y más de cien ambientes, así como una arquitectura barroca muy cuidada. Esto hace posible que tenga un aspecto de imponente fortaleza.
Este proyecto estuvo a cargo de Salvador de Villa, el arquitecto español que también participó en las cecas de Lima y México. Tras su muerte, fue Luis Cabello el que se encargó de continuar y finalizar la obra. Es importante mencionar que, en este edificio, se acuñaron las monedas de busto y reales columnarios de una forma mucho más uniforme y segura. La producción de monedas para el reino de España se extendió hasta 1825, mientras que la fabricación de moneda cesó, de forma definitiva, en 1951.
Con el paso del tiempo, esta construcción dejó de ser un centro productivo para ser un espacio de preservación histórica. En el año 1940, gracias al apoyo estatal y a un gran número de donaciones, se hizo posible el Museo de Arte Retrospectivo y el Archivo Colonial de Potosí.
Es más, desde 1969, el Banco Central de Bolivia asumió la custodia del repositorio. Además, en la actualidad, el museo alberga un gran número de colecciones con miles de bienes, mientras que el Archivo Histórico conserva documentación desde 1550 hasta la actualidad. Por lo tanto, la Casa Nacional de Moneda es un testimonio vivo de la historia colonial, donde conviven a la perfección cuestiones como el arte, la memoria y la riqueza.