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ITALIA EN CLAVE EGIPCIA

Cestia, la pirámide egipcia de Roma, vuelve a abrir sus puertas

La capital italiana también tiene sus propios tesoros de estilo faraónico. Son el resultado de la fascinación que fue para el Imperio la conquista de Egipto. Su rincón más famoso, la pirámide Cestia, reabre sus puertas tras una gran remodelación.

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La pirámide Cestia se encuentra junto a la Porta de San Paolo de Roma, al lado del cementerio donde se enterraba a los no católicos, los excomulgados y los suicidas, siempre de noche para evitar las protestas de los creyentes fervorosos. Se trata de una de las cuatro construcciones de estilo egipcio de la capital italiana, hoy recién abierta tras una gran remodelación. Y es que también en Roma se pueden seguir las huellas de los faraones.

Cestia se construyó en el año 12 a.C. en memoria del magistrado Cayo Cestio Espulón, de ahí su nombre. Parece sorprendente encontrarse una construcción de este estilo allí, pero no lo es tanto si pensamos en la época en la que fue construida. Roma acababa de conquistar Egipto (año 30 a.C.) y esta provincia recién anexionada resultaba de una gran inspiración: comenzaron en esta época a hacerse mausoleos para los grandes personajes romanos a semejanza de los construidos para la dinastía Ptolomea en Egipto.

Durante el siglo III, la construcción fue incluida dentro de la Muralla Aureliana y en el medievo se creía que era la tumba de Remo. Existía otra pirámide similar en Borgo Pio, un barrio cercano a la Piazza San Pedro (llamada Meta-Romuli, porque se consideraba en esta época medieval que había sido la tumba de Rómulo), pero esta fue demolida en 1449 para abrir la calle nueva hacia Borgo Nuovo. Fue en 1660 cuando se realizaron algunas excavaciones en la pirámide y se encontraron las bases de dos estatuas dedicadas a Cestio. Se hizo una apertura para explorar su interior y se descubrió que una de las cámaras sepulcrales contenía frescos antiguos, que se perdieron con el tiempo y de los que ahora sólo se encuentran vestigios.

Fue realizada enteramente con la invención romana más importante, el hormigón, y con una cortina de ladrillos y losas de mármol blanco de Carrara; tiene una base cuadrada de 30 metros de lado y una altura de más de 36 metros. Cabe señalar que es la pirámide más alta del Mediterráneo, solo superada por las de Giza, y precisamente la resistencia del hormigón es lo que permite que su ángulo sea más agudo que las egipcias.

En la parte exterior se pueden observar en los lados occidental y oriental inscripciones en latín que indican que se construyó en 330 días para honrar la memoria del magistrado Cayo Cestio. Cuando se construyó se selló, pero se permite la visita al interior el segundo y cuarto sábados de cada mes; para ello es necesario un permiso, que se  puede solicitar por email a eos@eoscultura.it y la visita, que es de pago, se hará acompañado de un guía especializado.

Muy cerca de la pirámide se encuentran lugares dignos de mención: el ya indicado cementerio protestante, las Termas de Caracalla, el Circo Massimo o la Boca de la verdad. Las Termas de Caracalla fueron unos baños públicos construidos en Roma entre los años 212 y 219 d.C., durante el reinado del emperador Caracalla. Sus ruinas son un paseo imprescindible para hacer turismo en Roma y además están rodeados de un amplio jardín que hace más deliciosa la visita.

Podemos continuar la excursión hacia el Circo Massimo, el mayor de Roma dedicado a de las carreras de carros. Lo poco que se conserva edifico da idea de su magnitud. Siguiendo por la Vía del Circo Massimo llegaremos a la Bocca della Verità, un monumento emblemático de 1.70 metros de diámetro, que representa un rostro masculino con barba, construido en mármol y con la boca perforada. Cuenta la leyenda que tenía la virtud de mostrar cuándo una mujer había fallado a su marido, mordiendo la mano que se introducía en ella para probar la verdad. Se ha hecho muy popular su visita y se ha retratado en numerosas postales, e incluso se incluyó en una famosa escena de “Vacaciones en Roma”, protagonizada por Audrey Hepburn y Gregory Peck.

La visita a la Pirámide Cestia y a los monumentos que la rodean no puede ser más que una invitación para ver la Ciudad Eterna desde una nueva perspectiva, comenzando por las influencias del antiguo Egipto y terminando por probar si ocultamos la verdad haciendo caso de la leyenda que nos empuja a meter la mano en la boca de la esfinge.

Más información:
Turismo de Roma