ESCAPADA AL MAR DE GALILEA
El lago Tiberiades es el lago más grande de agua dulce de Israel. A 260 metros por debajo del nivel del mar, tiene un perímetro de 60 kilómetros. Al norte del país, sus aguas rodeadas de playas arenosas y rocosas, atraen a miles cada año. Porque en el interior, también hay playa. Viajar al lago Tiberiades es disfrutar de una combinación perfecta: ocio, naturaleza, cultura e historia.
Empezamos con las actividades acuáticas. Navegar en un restaurante flotante, en un yate reconvertido en discoteca, en un barco pesquero, en una canoa o en un kayak, son solo alguino de los mejores planes. Eso si no queremos mojarnos demasiado. Porque por otro lado, y si lo tuyo es el deporte y te va la marcha, aquí puedes practicar el windsurf o el kitesurf con salidas que puedes reservar en puertos como el de Yigal Allon.
También se puede pedalear alrededor del lago. Alquilar una bici es disfrutar del bello paisaje entorno al lago, y es una excursión para la que solo necesitas tener ganas.
Hasta aquí, ya apetece perderse por unos días en el Lago Tiberiades. Pero hay más. Qué tal si nos dejamos mimar en las aguas termales. Este lago se llama así en honor al emperador Tiberio, y encontraremos varios espacios de aguas termales. Recomendamos por ejemplo, Tiberias Hot Springs, con sus famosos 17 manantiales naturales. El poder de este lago, conocido desde tiempos inmemoriales, sigue atrayendo a miles de personas en busca de salud y bienestar. Las aguas termales de Hamat Gader, más al sur, a unos cinco kilómetros cuentan con manantiales termo-minerales, incluida una cascada de agua caliente y con una temperatura de 42 grados durante todo el año. En funcionamiento desde hace más de 2.000 años, en este balneario hay una sinagoga construida entre los años 286 y 337, cuando el Sanedrín tenía su sede en Tiberiades, y se levanta sobre un suelo de mosaicos. Mosaicos que junto con el Museo Hammam Suleiman, son una de las visitas imprescindibles.
Hay también espacio para los amantes de la naturaleza. El Parque nacional de Korazim, en un paisaje de basalto a unos 300 metros por encima del nivel del lago contiene los restos de la antigua ciudad judía de Korazim. Podrás ver la tumba de un jeque beduino y explorar una sinagoga del siglo IV, donde los arqueólogos encontraron el "Asiento de Moisés" inscrito en arameo y que se cree que fue un asiento reservado a los miembros más respetados de la comunidad. Naturaleza, patrimonio e historia, a partes iguales. Vistas maravillosas sonbre el lago en un entorno mágico.
Entre los ríos Jordan y Yarmuk, a 10 kilómetros al sur del lago, en Naharayim, puedes visitar la primera planta de energía hidroeléctrica de Israel, una planta ya está en desuso abierta al público. Esta zona fronteriza es donde Israel y Jordania firmaron su tratado de paz de 1994, en lo que se conoce como la Isla de la Paz. Muy recomendable, el sendero panorámico que recorre las presas y las cascadas de Yarmuk y, sin necesidad de visado, conocer la Isla de la Paz en Jordania.
Y para los amantes de la historia, recomendamos visitar la Gordon House, en el Kibbutz Degania, fundada en 1935 que es uno de los primeros museos de naturaleza en Israel, y que exhibe objetos que se remontan a los tiempos prehistóricos.
Imprescindible también el museo de la barca de Jesús en el kibbutz Ginosar. Un museo con una sala separada en la que se expone la llamada "barca de Jesús", una nave de 2.000 años de antigüedad de ocho metros de largo que fue descubierta en la década de los 80 cuando una gran sequía en Israel provocó que el nivel del agua en el Kinneret disminuyera.
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