ESTONIA
El ambiente festivo reina en cada una de sus calles.
Que Londres y Nueva York son destinos fascinantes en Navidad es algo que o bien hemos escuchado alguna vez, o bien hemos podido comprobarlo por nosotros mismos. Pero lo cierto es que no son las únicas ciudades perfectas para esta época del año, sino que en realidad hay muchas más que aunque no gozan de la misma fama, también se visten de gala durante esta época. Por ejemplo, Tallin.
Tallin es la capital de Estonia y es un destino que habitualmente se deja fuera de la lista de pendientes. Pero te adelantamos algo: eso es un gran error. Sobre todo, si la escapada que planeas hacer va a tener lugar en diciembre, cuando reina el ambiente festivo y se respira la Navidad en cada una de sus calles.
En las últimas semanas del año, el casco histórico amurallado de Tallin se llena de vida. En la plaza del Ayuntamiento se instala un gran árbol de Navidad que se alza tan alto como los edificios que lo rodean y, con él como eje central, se extiende un mercadillo navideño formado por casetas de madera con tejados a dos aguas y muchas luces en tonos cálidos que alumbran el lugar.
El mercado navideño que invierno tras invierno se instala en esta coqueta plaza de Tallin es bastante pequeño, pero pese a ello está considerado uno de los mejores de Europa. En sus puestecitos se puede encontrar de todo: desde adornos de Navidad hasta prendas de ropa que abrigan del frío helador de esta parte del continente. Sin olvidarnos, por supuesto, de la posibilidad de comprar un vino caliente especiado o unas galletas de jengibre, que también ayudan a entrar en calor.
Claro está, si te recomendamos visitar Tallin en Navidad no es únicamente porque se instale un mercadillo navideño en la ciudad. Hay muchas otras cosas que animan el ambiente festivo y que hacen de este destino uno muy acogedor durante las últimas semanas del año. Por ejemplo, no podemos pasar la oportunidad de mencionar que en la plaza se colocan también un tiovivo y un escenario en el que se representan diferentes actuaciones musicales.
En la catedral se monta un gran belén y en la calle Harju, justo al lado de la iglesia de San Nicolás, se instala una pista de hielo en la que pasar un rato invernal y divertido con unos patines en los pies. En la cafetería Maiasmokk, la más antigua de Tallin, es posible apuntarse a un taller para pintar figuritas de mazapán. Y Shishi, una tienda de decoración de interiores, se convierte cada diciembre en la tienda de Navidad más grande de toda la ciudad.
Las calles de toda la ciudad están perfectamente iluminadas para la ocasión, los escaparates de los comercios locales están decorados y la zona del puerto es todo un espectáculo. Allí se puede visitar otro mercadillo, disfrutar del olor que desprenden las nubes de algodón al quemarse en las hogueras o pasar un buen rato dentro de una sauna-iglú. Las posibilidades son infinitas, por eso consideramos que Tallin es un destino maravilloso para descubrir en Navidad. Con suerte, incluso podrás verlo nevado, lo que resulta todavía más mágico.