Arte en Roma
La basaílica de San Pietro in Vincoli está en el corazón de Roma, fuera del Vaticano y cerca del Coliseo y es uno de los tesoros mejor guardados de Roma porque, viendo su fachada, no imaginarías lo que esconde dentro...
Dicen que esta basílica es muy conocida y, en cierto modo, cabe que sea así pero lo cierto es que la grandiosidad de Roma y la cantidad y calidad de tesoros históricos que guarda la ciudad es tal que la basaílica de San Pietro in Vincoli cae a veces en el olvido de quienes visitan la ciudad a golpe de tour y con las horas contadas, un olvido que su fachada parece merecer... no así ¡en absoluto! su interior.
Y es que dentro de esta basílica no solo alberga el mausoleo del Papa Julio II sino que también guarda una importante reliquia, reliquia que por otra parte tiene la culpa de su fundación, se trata de las cadenas con las que San Pedro fue atado durante su encarcelamiento en Jerusalén; aunque ciertamente ni el papa Julio II ni las cadenas de San Pedro son responsables del reguero de turistas que cada día decide rescatar esta basílica del olvido y la visita... el responsable es Miguel Ángel y su Moisés, una estatua imponente e inolvidable, tan perfecta que cuenta la leyenda que, una vez estuvo terminada, el propio Miguel Ángel golpeó su rodilla con un martillo gritándole '¡habla!'. La estatua es de mármol y no hay noticia de milagro alguno a su alrededor así que no habló... pero siglos después nos sigue maravillando desde el mausoleo de Julio II.
Para conocer la historia de esta basílica hay que remontarse a mediados del S.V, fecha en la que fue construida para guardar las cadenas de San Pedro; hay una leyenda que explica el celo a la hora de conservar estas cadenas: cuentan que cuando el papa León I el Magno las recibió decidió compararlas con las del primer encarcelamiento de San Pedro en una cárcel romana, cadenas éstas que ya estaban en su poder, y, cuando lo hizo, ambas cadenas se unieron... Esas, las cadenas unidas, son las que se conservan y exponen bajo el altar principal de la basílica de San Pietro in Vincoli.
A lo largo y ancho de sus siglos de existencia esta basílica sufrió varias restauraciones y reformas además de una importante renovación en el S.XIX.
El Moisés de Miguel Ángel es, con permiso de las cadenas de San Pedro, el tesoro más notable de esta basílica una planta, dos naves y tres ábsides aunque este no era el emplazamiento en el que iba a ubicarse; la idea original era que formase parte del monumento funerario del papa Julio II pero finalmente fue incluido como elemento principal de la tumba del papa en la iglesia de San Pietro porque su familia era mecenas de esta iglesia y, además, el papa había sido su cardenal titular.
¿Más curiosidades a cerca de esta estatua? te sorprenderá saber que fue una decepción para Miguel Ángel... no la estatua en sí, obviamente, sino el hecho de que el proyecto del que formaba parte se viera notablemente reducido respecto al plan original por la falta de fondos, quedó reducido a un tercio del proyecto original.
Una cosa sí es segura: no puedes visitar Roma sin pasarte por la basílica de San Pietro in Vincoli porque no puedes dejar la ciudad eterna sin ver el Moisés de Miguel Ángel.